El Instituto Nacional de Estadísitica y Censos (INDEC) informó este jueves que la inflación del mes de junio fue del 5,3 por ciento y, a nivel interanual, acumuló un alza del 64%.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) creció 0,2 puntos porcentuales con respecto a la misma medición del mes de mayo, que había promediado 5,1%.
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Con este dato se confirma que la inflación dejó la tendencia a la baja que venía teniendo desde marzo, cuando estalló en todas partes del mundo por la guerra en Ucrania.
En los primeros seis meses del año los precios aumentaron un 36,2% y acumuló un 64 por ciento en los últimos 12 meses, desde junio 2021.
Lo que más aumento durante junio fue el sector de la Salud (7,4%) impulsada por los aumentos en la cuota de la medicina prepaga y los productos medicinales.
Muy de cerca se ubicaron Vivienda, Agua, Electricidad, Gas y otros combustibles (6,8%) por un incremento de las tarifas mencionadas y también por la suba del salario de los encargados de edificios. El podio lo completó Bebidas alcohólicas y tabaco (6,7%).
Como es de esperarse, el alza de Alimentos y bebidas no alcohólicas (4,6%) fue el sector de mayor incidencia en todo el país por el aumento de las verduras, tubérculos y legumbres; las carnes y sus derivados influyeron fuerte en todas las regiones.
A nivel nacional, el Gran Buenos Aires tuvo el mayor aumento mensual, con 5,5%, mientras que la región Noreste fue la que menos incidencia tuvo, con 4,9%.
La suba de tasas de interés en EEUU complican a Argentina
Nuevo dato negativo para el índice inflacionario en la gran potencia del norte, anticipa una suba considerable de la tasa de interés para los próximos días. Ocurre que la Reserva Federal se muestra preocupada por la dinámica de precios y aplica las recetas tradicionales para absorber el excedente de pesos en la economía. Este efecto genera consecuencias negativas sobre los países en desarrollo como Argentina, ya que se produce un “vuelo a la calidad” donde los fondos de inversión vuelven a EEUU a la búsqueda de capturar esas súper tasas. Todo esto también genera presiones devaluatorias sobre las monedas de los países emergentes.
La inflación en Estados Unidos se disparó en junio y alcanzó un nuevo máximo en la era de la pandemia, con un aumento de los precios al consumidor del 9,1% interanual, según los nuevos datos que publicó este miércoles la Oficina de Estadísticas Laborales.
Gran parte del aumento de junio se debió al incremento en los precios de la gasolina, que subieron casi un 60% en el año. Los estadounidenses enfrentaron costos récord del combustible el mes pasado, con una media nacional que superó los US$ 5 por galón en todo el país.
Los precios de la electricidad y el gas natural también subieron, un 13,7% y un 38,4%, respectivamente, en el periodo de 12 meses que terminó en junio. En general, los precios de la energía subieron un 41,6% interanual.
Sin embargo, los aumentos se notaron en todas las categorías. Los precios de los alimentos en el hogar subieron un 12,2% a lo largo del año: los cereales un 12,2%, los lácteos un 13,5% y las carnes un 13,8%.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló que la cifra del Índice de Precios al Consumidor era "inaceptablemente alta", pero afirmó que "también está desactualizada". En ese sentido, destacó que los precios de la gasolina han bajado en los últimos 30 días.
"La energía por sí sola representó casi la mitad del aumento mensual de la inflación. Los datos de hoy no reflejan el impacto completo de casi 30 días de descensos en los precios de la gasolina, que han reducido los costos en las estaciones de servicio en unos 40 centavos desde mediados de junio. Esos ahorros están brindando un respiro importante para las familias estadounidenses. Y otras materias primas como el trigo han caído considerablemente desde este informe", dijo el mandatario.
Con todo, se espera una suba de entre 75 y 100 puntos básicos para la tasa de interés de referencia en EEUU para los próximos días. Esto nuevamente mete presión a todos los países emergentes, que se ven obligados a “replicar” el movimiento para evitar una salida de capitales.
