El Ministerio de Seguridad estableció la obligatoriedad para todos los internos del Servicio Penitenciario Federal de realizar tareas de mantenimiento, limpieza, aseo e higiene en los espacios propios y comunes de los establecimientos donde están alojados.
Las actividades serán no remuneradas y tendrán una duración de cinco horas diarias, según la Resolución 1346/2024 publicada en el Boletín Oficial con la firma de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. La decisión se da semanas después de que el presidente Javier Milei anunciara que "los delincuentes no van a poder solicitar cambio de penal bajo el paraguas de identidad de género".
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La medida apunta a promover la reinserción social y reducir la reincidencia, según lo estipulado en la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad (Nº 24.660) y la Constitución Nacional. Además, busca disminuir la ociosidad entre los internos, considerada un factor de incremento de violencia y desorden en los penales.
El Servicio Penitenciario Federal será el encargado de elaborar planes y cronogramas específicos para estas tareas, además de supervisar su cumplimiento.
La resolución, firmada por la ministra Patricia Bullrich, enfatiza que estas labores constituyen un deber derivado del mandato constitucional de mantener cárceles "sanas y limpias" y contribuyen a una convivencia ordenada dentro de los establecimientos.
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Sanciones para quienes incumplan la normativa
La medida alcanza a los 12 mil internos de los 31 establecimientos que forman parte del Servicio Penitenciario Federal y regirá tanto para detenidos por delitos comunes, de alta peligrosidad y también los de lesa humanidad. Tampoco diferencia entre presos con condena firme y los que solamente fueron procesados y a los que se les dictó la prisión preventiva.
Los presos que se nieguen a trabajar gratis serán pasibles de sanción y se les podría impedir acceder a determinados beneficios.
La medida amplía el programa "Manos a la Obra", que implementó el Servicio Penitenciario Federal, con el objetivo de que todos los presos trabajen en las cárceles.
“Este lanzamiento es un punto muy importante en el camino de las transformaciones y la reestructuración del Servicio Penitenciario Federal, y de la relación que tienen las personas privadas de su libertad con la deuda que tienen con la sociedad”, había señalado Bullrich en octubre pasado, cuando presentó la iniciativa en la cárcel de Ezeiza y realizó actividades con un grupo de mujeres detenidas.
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La justificación de la medida
“Las personas privadas de la libertad no son víctimas, sino victimarios de la sociedad en su conjunto y, en ese entendimiento, el esfuerzo estatal debe estar orientado a que reparen el daño causado y adopten hábitos orientados al reconocimiento de su responsabilidad individual”, estableció la medida, al tiempo que resaltó que “la ociosidad de los internos conlleva al aumento ostensible de los índices de violencia y alteraciones al orden, a la vez que resulta funcional a una subcultura carcelaria vinculada al delito, contraria a la legalidad y a los fines de la reinserción social”.
Y continuó: “Que con el fin de reparar el daño causado a la sociedad y compensar los recursos invertidos por el Estado Nacional en la articulación de un tratamiento penitenciario efectivo, es necesario que la totalidad de la población penitenciaria, en cualquier instancia de alojamiento que se encuentre, realice las actividades necesarias para el mantenimiento de los espacios propios y comunes”, se indicó.
Y agregó: "Corresponde que todos los internos alojados en el Servicio Penitenciario Federal participen en las tareas de mantenimiento, limpieza, aseo e higiene de los espacios propios y comunes de los establecimientos penitenciarios, pues ello no solo constituye un deber y una obligación de todos los internos que se deriva de lo previsto en el artículo 18 de la Constitución, en cuanto establece que las cárceles serán sanas y limpias, sino que también son actividades que se orientan a facilitar una convivencia ordenada en beneficio de la población carcelaria”.