La interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, encontró 105.000 escuchas que se realizaron durante el gobierno de Mauricio Macri. Los exfuncionarios macristas no destruyeron las mismas una vez entregadas a la Justicia, tal como debería haber ocurrido, y guardaron estas conversaciones para usarlas a su favor cuando surgiera la necesidad.
Entre las escuchas encontradas figuran las que se hicieron sobre sobre exfuncionarios y empresarios kirchneristas presos en el penal de Ezeiza. Esos audios funcionaban para armar el "operativo puf" que surgió como reacción a la investigación sobre el D’Alessiogate– o llenar minutos de aire en los canales de televisión afines.
Según Caamaño, Macri ideó una manera para que la exSIDE, en manos de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, olviera a hacerse con las escuchas, algo que estaba vedado desde la reforma de la Ley de Inteligencia de 2015. “Hicieron gatopardismo. Le sacaron las escuchas a la AFI, pero la Corte se las devolvió”, aseguró la interventora.
Después del hallazgo, Caamaño hizo una presentación ante el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi que tiene el expediente en el que se investiga el espionaje en la cárcel de Ezeiza. Es la causa que se inició en la justicia federal de Lomas de Zamora y en la que también se investiga el rol de los espías conocidos como Súper Mario Bros, que, en su núcleo originario eran policías de la Ciudad que pasaron en comisión a la AFI macrista.
