Sin dar aviso a los medios de prensa, el Papa Francisco, decidió reaparecer en público este domingo, ante los fieles que se agruparon en la Plaza San Pedro del Vaticano, en la misa final del Jubileo dedicada a los enfermos.
Te puede interesar
El Sumo Pontífice hizo una emotiva reaparición, trasladandose en silla de ruedas y asistido por un tubo de oxígeno para respirar, saludó a decenas fieles personalmente y luego dio un discurso para los miles allí presentes.
"Buen domingo para todos, muchas gracias", dijo brevemente. Luego de dos semanas de aislamiento en su residencia y 38 días de internación por una neumonía bilateral que, según fuentes eclesiásticas, “llegó a amenazar su vida”, Francisco no pudo dar un mensaje completo, pero pasó brevemente entre los fieles en un clima de aplausos, emoción y gritos de “¡viva el Papa!”.
En el marco de la Misa por los Enfermos en Jubileo, en un texto redactado por él, llamó a no apartar de la sociedad a quienes sufren algún padecimiento físico, pues “afrontar juntos el sufrimiento nos hace más humanos”.
“Queridos hermanos y hermanas enfermos, en este momento de mi vida comparto mucho con ustedes: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas, de tener necesidad de apoyo”, agregaba el texto.
En este sentido, agregaba, "No es siempre fácil, pero es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos, abandonados y confiados en lo que todavía está por venir”.
La homilía oficial, fue leída en su nombre por el arzobispo Rino Fisichela, durante una misa que congregó en la plaza a unas 20.000 personas, entre pacientes, voluntarios y sanitarios que peregrinaron a Roma para cruzar la ‘Puerta Santa’ por el Jubileo.
“Hermanos y hermanas, a pocos metros de aquí, el papa Francisco en su habitación en (su residencia de) Santa Marta, nos sigue de cerca y participa, como muchos enfermos y personas débiles, en esta santa eucaristía por televisión”, dijo el monseñor, suscitando el aplauso de los fieles presentes en la plaza.
En el mismo texto, el papa aseguró “ciertamente la enfermedad es una de las pruebas más difíciles y duras de la vida” pero que “la habitación del hospital y el lecho de la enfermedad pueden ser lugares donde se escuche la voz del Señor”.
