Los malos resultados y los constantes desajustes entre la dirigencia y Messi parecen haber sentenciado la noticia más importante de los últimos años en materia deportiva: Messi se va a de Barcelona. Su contrato tiene una cláusula de recisión al final de temporada que la Pulga hará efectiva. Aunque desde la dirigencia dicen que se puede ejecutar en junio y el rosarino y sus asesores dicen que la temporada terminó en agosto por los retrasos producto de la pandemia de coronavirus.
Si bien se venía especulando con esta posibilidad hace tiempo, la salida de Suárez y los constantes tirones de la dirigencia precipitaron la decisión del rosarino. De nada sirvió la ida de Abidal con quien el 10 tuvo un enfrentamiento mediático tiempo atrás.
La última imagen de Messi en Barcelona parece que será la del papelón histórico que protagonizó el conjunto culé al perder por 8 a 2 en cuartos de final de la Champions league frentre a Bayern Munich. El rosarino jugó 731 partidos en Barcelona durante 16 temporadas. Hizo 633 goles, dio 254 asistencias y ganó 33 títulos. Seis veces fue nombrado como mejor jugador del mundo al recibir los balones de oro y también en seis oportunidades fue el máximo goleador de todas las ligas del mundo.
Barcelona, si bien tiene una rica historia, no es el mismo antes de Messi que después de Messi. La historia del blaugrana tranquilamente podría escribirse como AM y DM. Por ende, no es descabellado pensar que una vez que los hinchas logren masticar la bronca de esto comiencen a manifestarse a favor de la Pulga.
¿Y hay alguna posiblidad de que Messi revierta su decisión? Por empezar su futuro es una incógnita total, aunque ofertas no le van a faltar. Manchester City, PSG e Inter son los primeros que pican en punto a la hora de los rumores. Pero, es tan difícil pensar a Messi en otro equipo que no sea el Barcelona, que no es descabellado atarse a la posiblidad de que se quede. Esa chance es puramente política e implica la renuncia del actual presidente Josep Maria Bartomeu
