Todo comenzó en los primero días de Mayo, cuando Romualdo Pérez, de 69 años, presentó los primeros síntomas compatibles con los del Covid-19. Su familia se comunicó con su prestadora de salud y lo trasladaron a un hospital donde se pudiera hacer el hisopado.
Luego de los chequeos correspondientes del caso, y un hisopado, Pérez fue diagnosticado con un cuadro de coronavirus. Con el transcurrir de los días, su cuadro se fue complicando, presentó una neumonía bilateral y fue trasladado a otro hospital, donde si bien no fue a terapia intensiva, se lo conectó a un respirador.
Romualdo se comunicó el viernes 7 de mayo con la familia: "Nos decía que estaba bien y que iba mejorando con el oxígeno". Según relató su hijo Néstor al diario Crónica.
Luego de un par de días, se comunicaron con la familia desde el hospital para notificarles que había mejorado. Y que sus posibilidades de recuperación habían avanzado.
Sin embargo el día 11 de mayo, se volvieron a comunicar con la familia, pero para pedirles que "por favor que vayan que su situación empeoró". "Cuando va mi hermana nos dan la noticia de que nuestro papá falleció", cuenta Néstor.
Al otro día, otra hija de Romualdo, Camila, se presenta con su esposo a retirar el cuerpo. Ella denuncia que no pudo reconocer el cuerpo. Los restos habían sido retirados por los trabajadores de la casa de Sepelios.
Luego de unos días se comunican desde el hospital, para informarles que pudo haber un error. Cuando llegan al centro médico, les informan que su padre había fallecido ese día. Que el cuerpo entregado era el de Francisco Chávez, otro paciente del nosocomio.