Luego de una extensa sesión, el Senado convirtió en ley los términos del acuerdo alcanzado por parte del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Sin la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ausente al momento de la votación, el acuerdo se aprobó por 56 votos a favor, 13 en contra y 3 abstenciones.
En la mayoría de los discursos, tanto del Frente de Todos, como del espacio de Juntos por el Cambio, se puso el acento en que más allá de los términos del acuerdo, la prioridad era evitar que Argentina caiga nuevamente en default.
El jefe de bloque del Frente de Todos, José Mayans, subrayó que la deuda asumida por el Gobierno de Mauricio Macri, dejó al país en una situación muy delicada y que el préstamo otorgado por el FMI “fue un crédito político”. “Macri le dejó el pagaré a los argentinos".
En tono conciliador, Mayans agregó: "Acá hubo mala praxis y hay que entender esto. A este país lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie".
Por su parte el senador radical, Alfredo Cornejo sostuvo, "Estamos contribuyendo con el país, y no con el Gobierno, a no entrar en default. Pero si siguen con el relato y la mentira, difícilmente podamos alcanzar consensos y soluciones. Nadie piense que las reformas que necesita nuestra economía se van a lograr".
Una de las que se abstuvo fue Silvia Sapag, quien aseguró: Apoyo a este gobierno y creo que vamos a poder pasar los exámenes trimestrales que impone el FMI, por eso es que apoyaría este proyecto, pero por razones personales voy a adelantar mi abstención"
"Esto fue una estafa. El plan perfecto. Este crédito fue para fortalecer el gobierno de Macri, el primer gobierno de derecha que ingresó al poder a través de elecciones, no de golpes militares", argumentó la senadora.
