El papa Francisco aseguró en un cambio radical del discurso de la Iglesia Católica, la necesidad de apoyar la creación de leyes que amparen la unión civil entre personas del mismo sexo y también pidió porque puedan formar su propia familia.
Francisco mencionó estas palabras en un documental que se estrenó en el día de la fecha en la ciudad de Roma: "Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Lo que tenemos que hacer es crear una ley de uniones civiles. Así están cubiertos legalmente. Yo apoyé eso”, señaló.
Si bien Bergoglio había manifestado su posición en contra del matrimonio igualitario cuando se aprobó en la Argentina, esta declaración es uno de los respaldos más contundentes en toda su historia.
Francisco pide que se promuevan esas leyes refiriéndose, se supone, a los países donde todavía no existen. La nacionalidad rusa de su entrevistador, además, hace suponer que el Papa piensa en lugares donde no solo no existen estas leyes, sino que los homosexuales son perseguidos.
Según el diario el País, la posición oficial del Vaticano respecto a las uniones civiles entre personas del mismo sexo seguía siendo la que se estableció en 2003 durante el pontificado de Juan Pablo II. Entonces, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirigía el futuro papa Joseph Ratzinger, publicó un documento bajo el título “Las consideraciones en lo concerniente a las propuestas de dar reconocimiento legal a las uniones entre personas homosexuales”. “La Iglesia enseña que el respeto por las personas homosexuales no puede conducir de ninguna manera en la aprobación de la conducta homosexual o en el reconocimiento legal de las uniones homosexuales”.