El Gobierno alcanzó este lunes un nuevo acuerdo con el staff técnico del Fondo Monetario Internacional para el desembolso de otros 5.200 millones de dólares, según lo estipula la revisión trimestral del programa con el organismo, aunque en esta ocasión se incluirá una modificación de la meta de reservas.
Según consignó El Destape, este lunes se conocerá oficialmente los términos del acuerdo por parte del staff técnico del FMI, tras lo cual restará la aprobación final del directorio del organismo de crédito.
Las fuentes agregaron a este portal que esta nueva revisión incluirá un cambio en la meta de las reservas del Banco Central, en el contexto de la fuerte sequía que complicó la acumulación de dólares prevista por la autoridad monetaria que conduce Miguel Pesce.
De hecho, el BCRA tiene actualmente reservas netas por solo 2.300 millones de dólares, según el estudio realizado por GERES, luego de perder un total de 889 millones de dólares de las reservas durante febrero, el peor registro para este mes en los últimos 20 años. Sumado a enero, en lo que va de 2023 el Banco Central vendió un neto de aproximadamente 1.400 millones.
En este marco, resulta imposible cumplir con las metas originales, que estipulaban la acumulación de 7.777 millones de dólares en reservas netas para marzo, 10.800 millones para junio, 10.900 millones para septiembre y 12.000 millones para diciembre de este año, por lo que el FMI aceptará una flexibilización del objetivo.
Con Argentina como su principal deudor, no es la primera vez que el organismo acepta una moderación del objetivo de reservas, ya que esto mismo había ocurrido en octubre de 2022. Incluso, para ese mismo trimestre el FMI aceptó cerrar la revisión y aprobar un nuevo desembolso antes de que se conocieran los números finales de reservas del BCRA.
En paralelo, el organismo de crédito que dirige Kristalina Georgieva habilitaría un conjunto de medidas monetarias y de acumulación de reservas tanto para el próximo trimestre como para todo lo que resta del año.
A esto se le sumaría, además, una mayor flexibilidad con algunas medidas de objetivo fiscal derivadas del cuestionamiento del FMI a la regresividad del sistema de subsidios energéticos, luego de las demoras en su implementación reconocidas por la Secretaría de Energía en febrero pasado.
