El diputado nacional Eduardo Valdés presentó el proyecto de ley de "Capacitación Obligatoria Contra el Odio para todas las personas que integran los tres poderes del Estado". En un contexto en el cual las expresiones odiantes circulan cotidianamente por los medios masivos de comunicación y por las redes sociales, y han encontrado eco en hechos de suma gravedad institucional como el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, Valdés propone que quienes se desempeñan en la administración pública deban capacitarse en tal sentido.
"Fomentadores de odio hay en todos lados. Tenemos que capacitarnos contra el odio que se nos quiere imponer", sostuvo.
La iniciativa parlamentaria consta de nueve artículos en los que se dispone "la capacitación obligatoria, periódica y permanente en la temática contra el odio, para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación", a la vez que se garantiza "la participación de organizaciones civiles especializadas en la materia y de la sociedad civil" en el proceso de formación de los funcionarios públicos.
"Los discursos de odio son una amenaza a los Derechos Humanos. Como Estado no podemos permitir que sigan vigentes y, como creemos que la capacitación y la educación es el primer paso para modificar la realidad, presenté este proyecto de ley", agregó el diputado del Frente de Todos.
Los antecedentes
El proyecto encuentra su sustento jurídico en el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que señala: "Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional”.
En tanto, en la mencionada iniciativa Valdés cita como antecedente al “Informe: discurso de odio” elaborado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo en diciembre de 2020, el cual planteó: “El estudio del discurso de odio como práctica social genera las condiciones de posibilidad de hacer visible el funcionamiento de esa química específica, visibilizando una cosmovisión, con roles sociales, categorías cognitivas y estructuras mentales específicas. Todo lo cual está, sin duda, basado en una violencia simbólica identificada con la difusión de patrones estereotipados, valores, íconos o signos que transmiten y reproducen dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales”.
Por último, el Poder Ejecutivo designara en su reglamentación, el/los organismos de control para su efectiva aplicación.