Este domingo por la noche, finalmente se dieron a conocer los cambios en la Secretaría de Energía, y el ministro de Economía, Sergio Massa, confirmó la salida de Darío Martínez, y de Federico Basualdo quienes fueron funcionarios protagonistas del conflicto interno del Gobierno nacional.
Con un mensaje en las redes sociales Massa también confirmó sus reemplazantes, "Comunico que a partir de mañana se integrarán al equipo Flavia Royón como secretaria de Energía, la acompañarán Santiago Yanotti como subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Bernal como subsecretario de Hidrocarburos y Cecilia Garibotti como subsecretaria de Planificación".
Entre varios motivos, el funcionario era apuntado por las críticas, principalmente lo relacionado a la quinta de subsidios al consumo energético, uno de los puntos álgidos de la gestión, ya que el armado de la segmentación y el retraso en su aplicación determinaron, entre otras cosas, la salida de Martín Guzmán, el alfil del presidente Alberto Fernández.
Massa comunicó el día de su asunción que hay 4 millones de usuarios que tendrán tarifa plana por no haberse empadronado para recibir subsidios. Pero se agregó un nuevo criterio: el consumo eléctrico de cada hogar, es decir, a mayor consumo, menos subsidios.
Martínez en el tablero del Frente de Todos, representaba a los protegido de la vicepresidenta Cristina Fernández, quien junto a Federico Basualdo, resistían la quinta de subsidios al consumo de los hogares. Este conflicto perduró a lo largo de toda la gestión y con los anuncios de Silvina Batakis primero, y Massa después, quedaron zanjados a favor de una segmentación efectiva que afectará a sectores medios y medios altos.
La reemplazante de Martínez, Flavia Royón se desempeñaba como secretaria de Minería y Energía en la provincia de Salta. Por su parte Santiago Yanotties vicepresidente de Cammesa, la distribuidora de energía más importante de nuestro país.
Qué representa el conflicto energético en Argentina
Nuestro país arrastra desde los años posteriores a la convertibilidad, una situación compleja con respecto al consumo energético. Las empresas privatizadas habían obtenido que los consumidores paguen tarifas dolarizadas, durante la década de los 90's, gracias al visto bueno de la gestión del ex presidente Carlos Saúl Menem.
Luego de la convertibilidad, el gobierno kirchnerista comenzó a subsidiar dicho consumo, ya que luego de la devaluación de lo contrario se producirían aumentos extraordinarios en las boletas, que la población en general no estaba en condiciones de pagar.
Dicha política se mantuvo a lo largo de toda la década kirchnerista, hasta que la llegada al poder del Gobierno de Cambiemos, que aplicó un giro total a esa situación, habilitando aumentos de hasta el 3000% en los casos más extremos. Una situación que golpeó fuerte en el bolsillo de los argentinos, ya que buena parte de los ingresos pasaba a destinarse a dicho fin, llevando a endeudamientos con las proveedoras de servicio y en algunos casos a la quiebra de algunos negocios por los aumentos desmesurados.
Luego, con el triunfo del Frente de Todos, se volvió a una política de congelamiento de tarifas, y no se registraron aumentos significativos a lo largo de casi tres años. Dicha situación, si bien por un lado beneficiaba a los usuarios, por el otro significó una extraordinaria sangría de recursos.
El crecimiento de la actividad económica, conlleva necesariamente incrementos de consumo energético. Entonces el presupuesto destinado a subsidios se tornó masivo, con cientos de millones de dólares diarios utilizados para ese fin, provocando un agujero fiscal al Estado nacional por este concepto. Sumado a esto, los años de falta de inversión en infraestructura, por parte de las prestadoras de servicio, agrava el problema.
La línea de Martín Guzmán era aplicar una segmentación de subsidios, que termine con los beneficios a los sectores que puedan pagar la tarifa completa, sin embargo, al no quedar claro el alcance de dicha política, Martínez se oponía a su aplicación. El conflicto fue escalando y el problema se profundizó, por lo que la llegada de Sergio Massa, y sus anuncios representa entonces, un final a dicho conflicto.