María Eugenia Vidal pasó de ser "orgullosamente bonaerense" a "orgullosamente porteña", obviamente, en función de su precandidatura como diputada de Juntos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Nunca le interesó realmente la gente de la Provincia y lo dejó demostrado este lunes por la noche.
La exgobernadora participó ayer del programa de TN La Rosca y habló sobre el último tiempo de su gestión en Buenos Aires. A priori, uno pensaría que hizo una autocrítica ya que su administración fue lamentable, pero no, todo lo contrario.
El periodista Eduardo Van Der Kooy le consultó: "¿El final de la gestión en Buenos Aires, la forma de terminar, para usted fue una frustración, una decepción? ¿La llevó en algún momento ese estado a pensar en dar un paso al costado y no seguir?". "Para mi fue un aprendizaje. Así lo tomo", comenzó Vidal.
"Fue uno de los mayores aprendizajes de mi vida, y si todo volviera a suceder, haría todo igual", lanzó, sin mostrar un ápice de arrepentimiento o autocrítica sobre su paupérrima gestión.
En otro pasaje de la entrevista aseguró que "lo más importante" es que los porteños no le preguntan por el cambio que hizo de Provincia a Ciudad, y destacó que "estoy todo el día caminando en la calle, incluso los días fríos como estos y destemplados", como si fuera toda una epopeya.