Este viernes ocurrió un hecho inédito en 38 años de democracia. La oposición se unificó para votar en contra del Presupuesto 2022, que es la principal iniciativa del Ejecutivo en lo que respecta a materia de gastos y recursos de la administración pública nacional, que además este año debía contemplar la deuda de 44 mil millones de dólares al FMI tomada por Mauricio Macri.
Generalmente, los Gobiernos en ejercicio optaron por prorrogar el presupuesto del año anterior, algo que no pudo suceder en el día de ayer.
En el rechazo coincidió un conglomerado opositor heterogéneo, con predominio de Juntos por el Cambio -que en la Cámara baja atraviesa una fuerte dispersión en diez bancadas- pero que también integraron el Interbloque Federal, el Frente de Izquierda y las dos agrupaciones de libertarios.
Después del rechazo, Alberto Fernández deberá prorrogar el presupuesto de este año para usarlo en 2022 y distribuir las partidas para sostener las áreas de la administración pública y girar los fondos a las provincias.
Lo más similar a lo que pasó este viernes fue cuando en 2010, cuando Cristina Kirchner estaba en el Gobierno, cuando el conglomerado opositor que formaban la UCR, el Acuerdo Cívico y Social (hoy Coalición Cívica) y Unión-PRO no dio quórum para tratar el presupuesto que había enviado la mandataria.
