El presidente Javier Milei, encabezó este miércoles un homenaje a las víctimas del Holocausto, junto a referentes de toda la comunidad judía. El acto se llevó a cabo en el ex CCK, recientemente rebautizado por el gobierno nacional como Palacio Libertad.
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En el marcó del Día del Holocausto, el presidente reiteró su respaldo a Israel, y remarcó que "tomar partido en el conflicto es una obligación moral". En esta línea además postuló a nuestro país para la presidencia de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto.
Además agregó: "Tomar partido no es una opción entre otras, sino una obligación moral", sostuvo Milei, que consideró el Holocausto como "la tragedia más grande de la historia de la humanidad".
El acto fue organizado por la DAIA y el Museo del Holocausto. Asimismo Milei cuestionó al resto de "los líderes del mundo libre, en especial a aquellos de las grandes naciones, que deberían ser los pilares de la libertad a nivel global”.
“Los miro y veo, en algunos, indiferencia y en otros, miedo a pararse del lado de la verdad. Hoy el mundo calla mientras aún hay más de 100 secuestrados sufriendo, de los cuales ocho son compatriotas argentinos”, remarcó.
En esta línea, insistió que existe en la actualidad: “un recrudecimiento tanto del fanatismo islámico intolerante como del antisemitismo en sus distintas versiones”, pero que muchos países no lo condenan “con la tajante condena y firme acción que les demandan, sino con incomodidad y gestos ambiguos”.
“Cuando el mundo calla, nosotros tenemos la obligación de hablar, porque es el silencio de los buenos lo que permite la barbarie de los malos. Y porque hablar, mirar de frente y no hacer la vista gorda a pesar de que sea difícil, a pesar de que para muchos sea inconveniente, es la única forma de que la Shoá no se repita”, sostuvo.
Las palabras de Milei
Por otro lado, el mandatario, rindió homenaje a Lior Rudaeff, el argentino-israelí secuestrado por Hamás el 7 de octubre pasado, cuya muerte se confirmó este martes, y recordó que "hoy en Gaza todavía hay más de 100 secuestrados, de los cuales 8 son argentinos".
En su discurso, el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, recordó que "la Shoá no es un tema judío. Es un infierno abierto en el corazón de la historia", y agregó que "como en un siniestro dejá-vu, el mundo acaba de presenciar, azorado, la masacre del 7 de octubre".
"Quien se desentiende del espanto está enarbolando esa indiferencia cómplice, esa supuesta neutralidad que lo deshumaniza y lo pone del lado de los asesinos. Quien no levanta la voz y no se pone del lado de las víctimas, multiplica el crimen. Es peor todavía, porque ignora, irresponsablemente, la amenaza que está sobre su propia cabeza", afirmó el titular de la entidad