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TikTok y política

La red de origen chino se ha transformado en la plataforma que mejor refleja el momento de uso de lo digital. 

Lunes, 14 de noviembre de 2022 a las 17 47

Sin dudas que el formato del video corto vertical es el formato de mayor crecimiento y así seguirá ocurriendo durante 2023.

Mayoría de personas acceden a las plataformas desde sus teléfonos y la ocupación de toda la pantalla hace que genere adhesión y costumbre. 

 
Si vemos el celular de manera vertical el contenido debe adaptarse a esa lógica. 

Parece ir quedando con menos fuerza el formato tradicional horizontal: es incómodo con respecto a un uso/costumbre general.

Además el video vertical entiende el momento que vivimos a diario: tenemos poco tiempo y estamos cruzados por muchos estímulos. En ese marco algo corto y atractivo nos soluciona el problema. 

En ese marco TikTok es la aplicación más descargada en los últimos dos años; y se ha transformado en un fenómeno cultural. 

La política y los medios tienen ante sí un desafío enorme: modificar un sistema de hábitos adquiridos puede ser lento y complejo pero lo tendrán que hacer. 

Vivimos el tiempo de la atención reducida, del micro relatos, de lo fragmentado. Un guerra relámpago donde un Tweet tapa otro Tweet, donde las “agendas” son simultáneas y movedizas.

Ya nadie se puede arrogar la autoridad de organizar las agendas. No hay agenda setting, o como le decíamos en Argentina “agenda Clarín”.
Hoy ya no se puede tirar una “bomba” y con eso tapar un tema. Los temas circulan libremente entre nichos.

Mi tema no es tu tema.
En ese escenario, uno de múltiples estímulos encontrar un lugar en la selva multicolor, desordenada y dispersa de la comunicación es una tarea estratégica.

No importa el volumen de ese lugar ganado, importa tener una referencia precisa, clara y que construya una comunidad.
Entonces, pasa que frente a la irrupción del video corto vertical y la crisis de atención provocan una forma de hacer las cosas que parece equivocada: llamar la atención como sea.


Al decir del dicho popular es “pan para hoy hambre para mañana”.

La semana el presidente de Perú abrió su canal de TikTok y eso es muy bueno. Nadie quedará sin cuentas de TikTok en el mediano plazo. Y estará finalmente entre las dos principales redes.


Allí lo central es cumplir estos tres requisitos: entretenimiento, singularidad y autenticidad.


Pero entretener no es bailar. Entretener es mantener la atención. Es tener el ritmo de la narrativa estructurado en historia de manera tal que la persona se mantenga la mayor cantidad de tiempo en el contenido.


Vienen a cuenta esto ya que Castillo arrancó su TikTok bailando. Bueno, es una forma.


Pero no habría que confundir baile con entretenimiento, pero no lo digo por un imperativo del tipo “que hacer” o lo que no podría hacer una personas institucionalizada. No viene al caso eso.


Si viene al caso compartir nuestra experiencia. En el video corto vertical no es necesario llamar la atención por el contrario es entretener manteniendo identidad, valores, historia y retener atención. Los usuarios piden en las nuevas plataformas autenticidad, no simular cosas que no somos.

Es decir, cuando hablamos de entretenimiento desde la política, las noticias y los medios lo que estamos diciendo es la generación de un contenido con ritmo, con una historia, con enganche, con una cortes, con idas y vueltas. Buscamos captar atención y mantenerla. No por mucho tiempo puesto que el umbral de atención hoy está en los 15 segundos. En ese tiempo debemos contar una historia. 

La no interpretación del formato ha llevado por desconocimiento a que las personas crean que TikTok es bailar o cantar. Y aunque pudo tener algo de eso al comienzo hoy es una red donde videos de interés general, junto con los del tipo "cómo hacer" y las noticias ocupan un lugar central. 

Es una manera de informarse, de generar identidad, de conocer y descubrir tendencias, lugares y procesos. 

También es un falso mito la idea de que son los jóvenes los que están haciendo comunidad allí. Nuestra experiencia en la generación de cuentas virales habla de que el mosaico generacional está repartido y tiene representación en todas sus etapas.

TikTok entonces es contar historias arrancando por lo más importante al comienzo, es poner la cara y hablar en un plano corto a la cámara, es enganchar con un movimiento intenso en los primeros tres segundo del contenido. 

No hace falta bailar ni cantar, al contrario las personas lo verán como algo poco auténtico. Es necesario precisamente ser auténtico y contar nuestras historias con pasión, determinación y emoción.  

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