La Selección Argentina Sub 23 perdió 1-0 ante Francia en los cuartos de final y se despidió de los Juegos Olímpicos de París 2024. El equipo dirigido por Javier Mascherano se enfrentó en Burdeos ante el combinado local, quien desde el minuto cero le hizo sentir la localía a su rival.
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Pese a la tensión que había en la previa, el partido se desarrolló con relativa normalidad, pero todo se terminó desbordando sobre el final con un fuerte encontronazo entre ambos planteles en el campo de juego.
Con el recuerdo del Mundial de Qatar y la polémica que se instaló por el video que emitió Enzo Fernández durante los festejos de la Copa América, Francia y Argentina se volvieron a cruzar cara a cara y todo terminó con polémica.
Todo comenzó con un cruce entre Nicolás Otamendi y Enzo Millot, volante del combinado francés que festejó de manera excesiva el triunfo de su selección frente al banco de suplentes rival.
Allí, tras la reacción furiosa de algunos jugadores argentinos, comenzaron los agarrones, las corridas y las amenazas, mientras Javier Mascherano trataba de calmar. Thierry Henry, DT de Francia, también intentó tranquilizar pero todo se demoró varios minutos.
Si bien las cámaras de la televisión no llegaron a captar el gesto de Millot, es claro que hubo una provocación por el lado francés y una reacción en cadena.
Cuando parecía que volvía la calma, los jugadores corrieron hacia el camino que lleva a los vestuarios: otro episodio ocurrió antes del destino que generó una nueva convulsión.
Millot, tras el partido volvió al campo de juego para festejar con la gente pero se topó con la presencia del árbitro Ilgiz Tantashev, quien le mostró la tarjeta roja directa por la agresión que había cometido. De esta manera, el mediocampista no podrá jugar en la semifinal, frente a Egipto, verdugo de Paraguay.
Los abucheos e insultos del público francés durante el himno argentino:
A penas ingresaron los jugadores argentinos, el público francés hizo sentir su localía y luego volvió a ser contundente cuando comenzó a sonar el himno nacional. Incluso hasta se escucharon insultos de fondo.
Pese al ruido ensordecedor de los silbidos, la mayoría de los futbolistas de la Albiceleste no se mostraron conmovidos en absoluto y se dedicaron a entonar el canto patrio. Equi Fernández esbozó una sonrisa desafiante, mientras que Nicolás Otamendi y Géronimo Rulli elevaban cada vez más su tono de voz.
