Toyota generó sorpresa esta semana con una serie de despidos sin causa en su planta de Zárate, ubicada en la provincia de Buenos Aires.
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La medida causó desconcierto, aunque por el momento no llevó a grandes protestas. Hasta ahora, alrededor de 20 trabajadores fueron desvinculados, y la empresa se comprometió a pagar indemnizaciones agravadas, dada la naturaleza de estos despidos.
Aunque la decisión no escaló a un conflicto laboral de mayor envergadura, marca un giro en la estrategia de la compañía, que enfrenta un escenario de caída en la demanda y un creciente proceso de automatización en sus líneas de producción


Ajustes de personal en Toyota ante la caída de demanda
La planta de Zárate, una de las más importantes para Toyota en Argentina, parece estar atravesando una etapa de ajustes, y se estima que podrían eliminarse más puestos de trabajo en el corto plazo.
Por ahora, el esperado plan de retiros voluntarios para este año fue suspendido. La empresa ya había implementado dos tandas de retiros, una para el personal de planta y otra para empleados fuera de convenio.
Pese a ello, todavía no hay una fecha confirmada para una nueva convocatoria, aunque se especula que podría anunciarse en los próximos meses.
Sergio Pignanelli, secretario gremial del sindicato SMATA, que representa a los trabajadores de la automotriz, fue clave en las negociaciones con la empresa. El gremio ahora está bajo su control directo, lo que empodera su influencia dentro de la planta de Zárate.
Además, señaló que esta nueva gestión llevó a una reestructuración en la representación sindical, con la salida de varios delegados y una reducción en la capacidad de decisión de otros.
La situación se da en un contexto complicado para Toyota, que enfrenta no solo la baja en la demanda de sus vehículos, sino también la necesidad de ajustar su estructura productiva.
Según fuentes internas, la firma planea reducir otros 200 puestos de trabajo debido a la automatización y los cambios en los procesos de fabricación.