En medio de la escalada de la inflación y tras el fin del acuerdo de precios para los “cortes populares” de la carne, en la última semana de diciembre los precios incrementaron un 20% y se esperan nuevas subas debido a la apertura de las exportaciones que entró en vigencia el 1° de enero.
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Además, desde las carnicerías advirtieron que el kilo de la carne podría dispararse a $20.000. Ante este escenario, el Gobierno definió su postura respecto a la posibilidad de avanzar en un acuerdo de precios.
Un estudio realizado por DEUCO (Defensa de Usuarios y Consumidores) reveló que en el último mes del 2023, con la asunción de Javier Milei al Poder Ejecutivo, la canasta de carnes aumentó un 45,7% en comparación a noviembre, un número muy por encima del 30% estimado para protagonizar el IPC de diciembre, a divulgarse por el INDEC en las próximas horas.
¿Cuál es la postura del Gobierno?
Este viernes, Manuel Adorni, el vocero de Javier Milei fue consultado en su habitual conferencia de prensa sobre si el Gobierno intervendrá con acuerdos por los precios de los alimentos. En este sentido, fue consultado especialmente por lo que ocurrirá con el caso de las carnes.
"Son acuerdos libres entre partes impulsados por cadenas de comercialización. Entendemos que estamos en un proceso inflacionario y los alimentos están dentro de lo que nos preocupa", expresó el vocero presidencial este viernes al ser consultado por una periodista sobre si desde el Gobierno tomarán cartas en el asunto respecto al aumento desmedido de precios.
"Panorama preocupante"
En medio de este escenario desalentador, el presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Alberto Williams, afirmó que el panorama "es preocupante".
Y es que, debido a la autorización para la exportación de todos los cortes de carne bovina por parte del gobierno de Milei, "nadie va a querer vender a valores locales y querrán hacerlo a números internacionales". Es por ello que aseguró que el kilo estaría por "arriba de los $20.000".
"En el medio, nadie habla de los salarios, de los ingresos. Si se piensan que un jubilado, con $100 mil pesos, puede comprar carne con los números que se manejan, estamos en la lona", aseguró Williams.
Un panorama preocupante ya que el poder adquisitivo del trabajador y sobre todo del jubilado, no va al ritmo de la inflación y las exorbitantes subas de los precios de los alimentos. A esto se suma la liberación de los precios y la falta de control, lo que afectará mucho más al bolsillo del trabajador.