En el marco de la reestructuración del Servicio Exterior de la Nación, el Gobierno de Javier Milei designó a Francisco Tropepi como el nuevo representante permanente de Argentina ante las Naciones Unidas en reemplazo de Ricardo Lagorio.
El nombramiento como "embajador extraordinario y plenipotenciario del país ante el organismo" se dio a través del Decreto 957/2024 publicado en el Boletín Oficial con la firma del presidente argentino, Javier Milei, y la ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, Diana Mondino.
Tropepi fue el encargado de Negocios de Argentina en la Embajada en Israel, se desempeñaba en la representación en Estados Unidos a cargo de Gerardo Werthein.
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Asamblea General de las Naciones Unidas: Javier Milei expresó su rechazo a la Agenda 2030 y cargó contra el FMI: "Esa agenda obedece a intereses privilegiados"
Javier Milei se presentó en la Asamblea General de las Naciones Unidas y no escatimó en críticas a la organización internacional y a la agenda global contemporánea.
En un discurso, Milei dejó claro que su visión política se distancia de la tradición diplomática, identificándose como un “economista, liberal libertario” que se adentra en el ámbito político con un enfoque audaz y directo.
Desde el inicio, Milei cuestionó la eficacia de la ONU, afirmando que perdió la credibilidad necesaria para cumplir con su misión original. “Quiero alertar a las naciones del mundo sobre el peligro que corre esta organización”, advirtió, sugiriendo que la ONU se desvió de su propósito y adoptó políticas colectivistas perjudiciales.
El discurso de Milei en la Asamblea General de las Naciones Unidas
En un tono desafiante, el mandatario afirmó que Argentina no respaldará la Agenda 2030, a la que catalogó de “socialista”. Criticó la idea de que dicha agenda ofrece soluciones para la pobreza y la desigualdad "con una legislación que solo la profundiza".
Para Milei, este tipo de políticas no solo comprometen la soberanía de las naciones, sino que también "atentan con la soberanía, el derecho a la vida y libertad de las personas".
Milei también se dirigió a las decisiones tomadas por la ONU durante la pandemia de COVID-19, condenando las medidas de cuarentena que, según él, llevaron a la violación de las libertades fundamentales. “Deberían ser consideradas un delito de lesa humanidad”, afirmó, dejando clara su postura sobre el papel de la organización en la crisis global.
El mandatario no dejó de lado su apoyo a Israel, señalando cómo la ONU falló al votarse en contra del único país en Medio Oriente que defiende principios democráticos. “Se ha demostrado una incapacidad para luchar contra el terrorismo”, enfatizó, en un claro alineamiento con la nación hebrea.
En un análisis de la situación económica, Milei criticó la relación entre la ONU y el Fondo Monetario Internacional (FMI), señalando que esta promovió políticas que perpetúan la deuda en los países menos favorecidos. “El tutelaje del FMI exhibe políticas ridículas que dañan a las naciones pobres”, argumentó.
Al abordar la guerra entre Rusia y Ucrania, Milei describió a la ONU como una organización “impotente” ante conflictos locales, mientras que dedica tiempo a imponer regulaciones sobre los países en desarrollo. “La ONU ha perdido credibilidad ante la ciudadanía”, sentenció, cerrando su discurso con un fuerte mensaje de cambio.