La Cámara de Diputados continuó este jueves el debate en comisión sobre el juicio político a los integrantes de la Corte Suprema y la exposición de los autores de los 14 expedientes que cuestionan el accionar y la capacidad de los miembros del tribunal.
En ese contexto, una de las primeras testigos en declarar fue Patricia Isasa, sobreviviente de la dictadura y militante por los derechos humanos, que acusó a Horacio Rosatti de encubrir y darle refugio a un represor en sus años como intendente de Santa Fe.
Isasa contó ante la Comisión de Juicio Político que mientras Rosatti fue intendente de esa ciudad, trabajaba en el municipio un ex policía llamado Eduardo Ramos Campagnolo, quien la había secuestrado durante la última dictadura cívico-militar de 1976.
Campagnolo no solo la secuestró, sino que también la “torturó y violó”, según el relato de la mujer. Además, señaló que el policía “era amo y señor” en relación al control que tenía sobre el centro clandestino donde ella estuvo secuestrada.
A su vez, la sobreviviente tuvo un encuentro con Rosatti en 1998 para contarle que su secuestrador era empleado del municipio. En esa ocasión le hizo saber que Ramos no podía ser empleado municipal porque había sido condenado por un hecho doloso y tenía causas abiertas por corrupción de menores.
“Además de todo esto, esta persona es quien entró a mi casa, me secuestró y me torturó”, le dijo Isasa al entonces intendente de Santa Fe. A pesar de todas las pruebas, la denunciante contó que el juez de la Corte Suprema no hizo nada respecto al pedido de apartamiento de Ramos.
La mujer expuso ante la Cámara de Diputados recortes de diario que mostraban públicamente a su secuestrador como funcionario de la municipalidad de Santa Fe mientras Horacio Rosatti no hacía nada para impedirlo.
“No puede ser que no haya visto los recortes”, afirmó Isasa en referencia a la pasividad del juez. Las notas en las que Ramos aparecía como empleado municipal aparecieron en diarios como El Litoral y Clarín, dos de los más leídos de la época.
Si bien la propia municipalidad inició una investigación acerca de por qué Ramos había ingresado y a que existía un pedido de detención contra él en la justicia de España, nunca se lo removió del cargo.
Isasa contó que el represor recién fue echado cuando se lo detuvo por unos días en 2001, ya durante la intendencia de Marcelo Álvarez. Cuatro años más tarde fue detenido de manera definitiva y condenado por múltiples delitos de lesa humanidad.
La testigo cerró su participación con un pedido de destitución a Rosatti por “mal desempeño” y, si bien no pidió un castigo para él, pidió “la protección de los intereses públicos contra el peligro de los abusos de poder y de una conducta incompatible con el cargo”.
Patricia Isasa fue secuestrada, torturada y violada a sus 16 años en Santa Fe por el represor que Rosatti encubrió. En esa época participaba del Centro de Estudiantes y era una activista menor de la Unión de Estudiantes Secundarios.