El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, está convencido que otro hubiera sido la realidad de Argentina con él como presidente en 2015. Lo asegura en cada oportunidad que puede, al igual que precisa que se ratificaron en los hechos los cuestionamientos que le realizó a Macri durante el recordado debate presidencial previo al balotaje. Por ello, sus principales aspiraciones siguen apuntando a la Casa Rosada y busca proyectarse como posible candidato presidencial en 2023.
Pero, según La Tecla, también baraja un Plan B que tiene a Mar del Plata en sus coordenadas: el exgobernador bonaerense analiza la posibilidad de, descartado el plan presidencial, ir por la intendencia de General Pueyrredón en la próxima elección.
Esa posibilidad la confesó el propio exgobernador bonaerense en una reunión íntima con dirigentes peronistas y referentes del “círculo rojo”, realizada horas antes de partir de Mar del Plata, donde la semana pasada sostuvo una intensa agenda diplomática, productiva y social.
Según consigna La Tecla, “Scioli, de fuerte vínculo político y personal con la ciudad, confía en su buena imagen en los marplatenses desde sus tiempos de gloria deportiva, pasando por su gobernación como, fundamentalmente, en los actuales tiempos como embajador en Brasil, desde donde impulsó políticas de reapertura comercial que favorecieron las exportaciones de firmas locales y la generación de empleo”.
Ante un peronismo local disperso, sumido en estériles disputas internas y tras unas elecciones locales con gusto a paliza, el exdiputado nacional cree ser la posible figura que unifique a la fuerza que quiere ganar una elección en Mar del Plata por primera vez desde 1954. Las legislativas 2019 profundizaron las heridas puertas adentro, ante una Fernanda Raverta que buscó hegemonizar el Frente de Todos pero que las urnas le dieron un cachetazo, quedando su candidata Virginia Sívori a casi 20 puntos de Juntos.
Además, La Tecla asegura que “desde el entorno de Scioli marcan su distanciamiento con referentes locales que supieron ser parte de su entorno. Allí anotan al director del Correo Argentino, Manino Iriart, a quien el exgobernador le reprocha desmanejos durante la campaña. Tampoco cuentan al exintendente Gustavo Pulti. Ni ellos ni gente de su entorno formó parte del mitin íntimo donde Scioli confesó a Mar del Plata como su Plan B y hasta garantizó a los entusiastas asistentes que cumple con los requisitos legales para poder ser candidato a intendente”.
Una visita con rebote
La semana pasada, el exgobernador mantuvo una marcada agenda en Mar del Plata, como acostumbra en cada verano. Recorrió la empresa de conservas de pescado Marechiare, donde resaltó el incremento de las exportaciones a Brasil: la balanza comercio indicó un saldo superavitario de u$s 96 millones en 2021, con exportaciones por u$s 1.234 millones e importancia por u$s 1.138 millones.
También visitó la terminal de Contenedores TC2, donde destacó la importancia de “potenciar la utilización del puerto para reducir costos logísticos de productos regionales que de la Embajada estamos promocionando en todos los estados de Brasil”.
A metros también pasó por el Astillero SPI, donde observó el avance de la obra del “barco langostinero más grande de Sudamérica”, construido gracias a la “recuperación del mercado cuando destrabamos la barrera judicial impuesta en 2015 por Brasil”, que mantenía cerrada la importación de langostinos desde Argentina.
La primera jornada concluyó con una reunión con empresarios marplatenses, donde agradeció “la posibilidad de escucharlos y particularmente a los de la pesca”, donde tiene “el objetivo de dinamizar aún más las exportaciones a Brasil”.
Pero como cada visita a Mar del Plata, sobre todo en verano, el embajador no le escapó a la multitud en La Rambla y se dio un baño, donde también conversó con vecinos y turistas. La faceta social de su visita también se alimentó de efemérides: a través de un vídeo junto a un cuidacoches recordó cuando en diciembre de 1993 alcanzó la cima de su carrera deportiva en la ciudad, cuando se coronó Campeón Mundial de Offshore de Clase 2.
