El pacto social empezó a tomar forma en las últimas horas a través de la negociación de un refuerzo salarial con la CGT. Esa es una de las medidas que Alberto Fernández conversó con la cúpula de la central obrera en el acto en Tucumán esta semana, como parte del paquete de anuncios previstos para el 10 de diciembre, apenas asuma el poder y ponga en funciones a su gabinete.
El plan está destinado a reactivar el consumo, pero también busca reordenar la discusión salarial en el marco de un nuevo esquema de tasas de interés, dólar y tarifas. Diciembre, se sabe, es un mes caliente.
El acuerdo de precios y salarios, a cargo de Matías Kulfas y Cecilia Todesca, se piensa en varias etapas. La primera consistiría en un incremento salarial del 20% para los trabajadores registrados, a cuenta de futuros aumentos y que podría ser no remunerativo, acompañado por una suba similar en los haberes jubilatorios y un retoque superior en los planes sociales.
Se evalúa la posibilidad de que el incremento sea anunciado mediante un decreto presidencial, indicaron fuentes cercanas al equipo de gobierno. De ese modo se quiere evitar una reapertura inmediata de las paritarias y moderar las expectativas salariales para avanzar luego en un congelamiento de precios.
Santiago Cafiero, la principal figura del equipo de transición, fue el encargado de anticiparle a los sindicalistas presentes en Tucumán la preparación de una «batería de medidas» por parte de Fernández para el día posterior a la asunción para calmar los ánimos.
En ese contexto fue que se habló también de una «actualización» de los sueldos para los trabajadores privados y el sector público, con el objetivo de equiparar la inflación que este año terminará por encima del 55%, una cifra superior a lo que pactó la mayoría de los gremios en paritarias, en torno al 40%.
La medida va en línea con el diagnóstico trazado por Fernández durante la campaña y con la promesa de «poner plata en los bolsillos de los trabajadores» como forma de poner en marcha la economía mediante un estímulo al consumo.
Pero la iniciativa requiere de un acuerdo tripartito, de forma tal de evitar una nueva carrera con los precios. Es por eso que en el equipo del gobierno entrante evalúan un esquema en función de los sectores empresariales más complicados por la recesión. La intención es que las tarifas congeladas y el dólar aplacado por el cepo sirvan como anclas de la inflación.
Costo salarial, en la mira
El costo salarial será la otra variable clave del plan de Alberto. Al ser a cuenta de las paritarias, el refuerzo permitiría descomprimir en principio el calendario de las paritarias entre diciembre y marzo, un período que coincide con los primeros 100 días de gobierno y en el que deben renegociar sus acuerdos el sector bancario, aceiteros y docentes, junto con los trabajadores de entidades deportivas y civiles.
La idea es que los sindicatos recuperen al menos parte de lo perdido en los últimos cuatro años. Los técnicos de Fernández calculan que los asalariados acumularon en la era Macri un retraso de 20 puntos en promedio en su poder adquisitivo desde diciembre de 2015, un promedio similar al de los jubilados, mientras que el deterioro fue mayor en el caso de los beneficiarios sociales.