Tan solo cuatro días antes del aniversario del Ni Una Menos en Argentina, el fútbol no volvió a quedar exento de la violencia machista y patriarcal. El pasado lunes 30 de mayo, miles de futbolistas se reunieron en la puerta de la sede de la AFA en Viamonte 1366 bajo la consigna "paremos la pelota" en reclamo y repudio al cierre de la investigación sobre Diego Guacci, entrenador denunciado por acoso sexual y conducta abusiva sobre varias jugadoras.
Horas antes, la Comisión de Ética de la FIFA decidió absolver al ex DT de River y de los Seleccionados Sub 15 y 17 de Argentina. Por eso, alzando el lema "Basta, no nos callamos más", el fútbol femenino dejó las rivalidades de lado y se concentró en el centro porteño para exigir una "correcta y eficaz aplicación de protocolos de género ante situaciones de acoso" y "capacitaciones permanentes" para cuerpos técnicos, dirigentes y medios de comunicación.
Este es un caso más entre muchos que se viven dando en el deporte argentino. Y, aunque esta mañana varios clubes se expresaron al respecto, todavía quedan muchas acciones para replantear y tratar al respecto.
Desde aquella histórica marcha el 3 de junio del 2015, sucedieron 1927 femicidios según comunicó el Observatorio Lucía Pérez. Además, de esa cifra del horror, en el primer semestre del año se sufrieron 138 asesinatos más, es decir, uno cada 26 horas.
A partir del primer Ni Una Menos dónde se reunieron miles y miles de mujeres en la plaza del Congreso de la Nación, las demandas históricas del feminismo se convirtieron en problemas públicos y adquirieron gran legitimidad y masividad dentro de la sociedad. Y así, también fue como estas demandas llegaron al fútbol y al mundo del deporte.
En este sentido, Julia Hang, socióloga y quién realizó distintos trabajos sobre la inserción de las mujeres en el mundo del deporte, manifestó: "Antes también existían estas demandas por parte de las mujeres pero siempre fueron de manera aislada. La masividad interpeló a los sectores de poder, a los varones. Y producto de esto, el mundo del fútbol recibe a estas mujeres que buscan crear estos espacios y estas salidas de género".
Los femicidios son la expresión más extrema de la violencia machista, son la manifestación mas cruel de la desigualdad y que muestran cómo en este país se violan sistemáticamente los derechos humanos de las mujeres. Pero el asesinato es el punto máximo, la resolución final provocada luego de una cantidad sistemática de "pequeñas violencias".
Los protocolos de género en los clubes argentinos:
En el año 2018, Vélez fue pionero y se convirtió en el primer club argentino en implementar un "Protocolo de Género". El documento elaborado por el área de género del Fortín contiene diversos tópicos, que no sólo abarcan la violencia de género, sino también la discriminación, el hostigamiento y el abuso o acoso sexual.
Según las autoridades velezanas, el protocolo se redactó con el objetivo de "prevenir, contener, sensibilizar sobre esta cuestión y fomentar acciones con la intención de terminar con este flagelo que se cobra víctimas cotidianamente"
Sin embargo, dos años después, cayó la primera bomba que hizo tambalear a todo el club: La contratación de Ricardo Centurión. Luego, más tarde, Miguel Brizuela también fue acusado por golpear a su pareja y producirle daños en el ojo, pero en esa oportunidad el club accionó y decidió apartarlo preventivamente del plantel profesional.
Según un relevamiento del INADI, el 19% de los clubes del país, incluyendo todas las categorías, tiene protocolo para accionar en caso de violencia de género, mientras que el 23% lo está elaborando y el 58% todavía no tiene.
Los protocolos ya existentes no son iguales entre sí. Con diferentes herramientas y maneras de accionar, los clubes redactan el documento pertinente, pero luego también debe ser aprobado por la Comisión Directiva.
Por ejemplo, ante el reconocido caso de Sebastián Villa, de acuerdo a lo que estipula el “Protocolo de Prevención y Acción Institucional para casos de discriminación, acoso y violencia por razones de género y orientación sexual” -aprobado por Boca en agosto del 2021- la activación del protocolo requiere de la presentación de una denuncia de la víctima o allegado a ella ante el Departamento de Inclusión e Igualdad del club. Es decir, la institución Xeneize no actuará aunque los hechos sean de público conocimiento.
Por su parte, Julia Hang aseguró que los protocolos "son una herramienta muy importante", pero también hay que discutirlos en profundidad: “Como la violencia es una categoría que está en disputa y que no todos entienden lo mismo por violencia, también están en disputa los criterios de Justicia, es decir, los criterios de reparación, los criterios de sanción"
"El qué pasa con un jugador que ejerce violencia de género hacia una mujer ¿solucionamos el problema echándolo? ¿Sancionándolo? ¿Qué pasa con su derecho a trabajar?¿Qué pasa cuando no son casos judicializados. Estas discusiones se dan y son producto de que estos protocolos hayan llegado a constituirse”, explicó.
Está claro, que la irrupción de estos espacios en donde se discute la violencia de género contribuyó a hablar de la problemática. “Antes que una persona ejerciera violencia de género contra su mujer parecía una situación del ámbito de lo doméstico y en el último tiempo se empezó a visibilizar. Lo que sucede en la vida privada no puede entenderse como un problema aislado, sino que es un problema público y por lo tanto es responsabilidad del club hacer algo con respecto a eso”, agregó Hang.
