Hace pocos días, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, hizo un anuncio que sacudió al mundo del fútbol: la creación de la superliga. Los equipos más poderosos de Europa se asociaban para crear un nuevo torneo, que podía significar el fin de la Champions League tal como la conocemos, y que quitaba del eje a la UEFA, y por tanto a la FIFA.
Pero la respuesta de la entidad que maneja el fútbol del mundo no tardó en llegar: aquellos jugadores que disputen la flamante superliga europea, no podían participar de competencias FIFA. Por ende, no podían representar a sus selecciones. Y, hasta se estuvo barajando la posiblidad de descalificar a los equipos de la Champions y el PSG podría ser declarado como campeón.
Incluso, algunos equipos que no formaban parte de ese selecto grupo, comenzaron a mostrar su disconformidad. Ayer, Leeds se enfrentó como visitante ante el Liverpool y salió a hacer el calentamiento previo con una remera que decía: "Ganenlo en la cancha. El fútbol es para los hinchas".
En este contexto, y ante la posición de FIFA y UEFA, parece que la superliga comienza a perder peso. Por caso, el Dortmund y el Bayern Munich ya anunciaron que no iban a participar, y ahora según el Diario The Guardian, Chelsea y Manchester City tomarán el mismo camino. ¿Se disuelve antes de empezar?