15 años, 11 meses y 20 días tenía Diego Maradona cuando Juan Carlos Montes, el técnico de Argentinos Juniors, le preguntó si se animaba a entrar en aquel partido que el Bicho perdía 1-0 contra Talleres de Córdoba. "Vaya y juegue como usted sabe pibe. Y si puede, tire un caño", fueron las palabras del DT que adelantaban la confianza que existía sobre Diego sin importar su edad.
Una multitud de fanáticos se adjudican haber estado ese mismo 20 de octubre de 1976 en el estadio de Argentinos Juniors en la Paternal cuando un adolescente debutó en la Primera División y que marcaría un antes y un después en toda la historia del fútbol argentino.
El jugador surgido en los Cebollitas ya asombraba a muchos por sus malabares y jueguitos en los entretiempos pero ese día, después de soñarlo y esperarlo tanto, a los 27 minutos del ST ingresó el Pelusa y comenzó a escribir una historia extraordinaria e inigualable en nuestro país .
La entrada del número 16 al campo de juego no quedó captada por ningún vídeo ni foto. Sí, luego de un tiempo, comenzaron a aparecer algunas imágenes de Diego con los pies en la pelota, pero muy pocas realmente. Por eso, con el paso de los años, se fueron armando mitos y distintas versiones de cómo fue el debut de Maradona aquel día.
Algunos decían que en la primera pelota que tocó hizo un caño majestuoso. Otros dicen que fue después de unos minutos sobre el costado de la cancha o en el círculo central. Hasta surgió una versión de que el DT lo mandó a buscar Juan Domingo Cabrera en busca de una amonestación o expulsión.
Pero la historia tuvo un vuelco inesperado en 2001, cuando el periodista Diego Borinsky encontró en el archivo de El Gráfico una foto de Humberto Speranza de aquel primer mito del 10. El propio Maradona reveló más tarde otros detalles de la jugada. “No fue la primera. La primera me acuerdo que hice un pique y no llegué. A la tercera se comió el caño. Cuando me dieron la pelota y le hice así, pac, tac, caño".
Hoy, 45 años después y sin Diego físicamente, es aún más emocionante el recuero de ese día. Cómo un jovencito, apasionado por la pelota y los firuletes, fue haciendo de un poco una gran historia hasta llegar a despertar un amor incondicional de un pueblo que lo admiró como un Dios. El genio del fútbol mundial.