En una charla con Infobae, el histórico jugador de Los Pumas se refirió a todas las polémicas que rodean al mundo del rugby y como estas son "naturalizadas" por el ambiente. Reflexivo como siempre, Agustín Pichot hizo un serio análisis de los últimos escándalos que involucran a jugadores y confesó todos los problemas que le trajo revelarse a estas actitudes. Sobre el final, reconoció que habló con el padre de Fernando Báez Sosa.
"El gran problema que tuvimos como deporte es no diferenciar lo bueno y lo malo", inició Pichot. Su critica no va solo contra los dirigentes o personas, sino contra el espíritu del juego mismo. "El rugby naturalizó muchas cosas que estaban mal, que te caguen a trompadas o que te muerdan", comentó el medio scrum. Sobre esto último, contó una situación que sufrió mientras jugaba: "Me mordieron la cola, un cachete. Fue una persona de 130 kilos, que tiene una mandíbula que parece un dogo. ¿Sabes cómo estaba? no me pude sentar por cuatro días".
El ex jugador recordó, con tristeza, cuando sufrió acoso y lo obligaron a cortarse el pelo porque lo tenia largo. "Yo amaba mi pelo. No tiene nada de gracia. Naturalizás", contó. Pichot ama el rugby, pero siempre que puede, remarca los conflictos o situaciones que para su punto de vista son erradas. Reveló que desde su rol de capitán siempre trato de hacer frente a estas problemáticas y esto lo llevó a tener muchas discusiones con dirigentes y compañeros.
La violencia del rugby es algo ha tocado al país en los últimos años. Sin dudas, el caso que más conmovió fue el de Fernando Báez Sosa. Un joven que fue asesinado de manera brutal en Villa Gesell el 18 de enero de 2020. El asesinato fue cometido por un grupo de rugbiers adolescentes. Agustín ya se refirió respecto al tema, pero esta vez confesó que llamó al padre del chico. “Lo primero que hice después de lo de Fernando fue preguntarle a mi hija qué pensaba de los rugbiers. Me respondió que son unos patoteros, quilomberos, agresivos", manifestó y finalizó: "Entonces le mandé un mensaje al papá de Fernando pidiéndole disculpas en lo que me competía a mí, porque en definitiva yo había sido uno de los que había transmitido esa naturalización, desde mi lugar, de alguna forma”