En el marco de la tensión política entre Argentina y Paraguay por la Hidrovía Paraguay-Paraná, el diputado paraguayo, Rubén Rubín, afirmó en el Congreso que “iría a la guerra” con Argentina.
"Yo como joven paraguayo sí iría a la guerra con Argentina. Sin duda iría a la guerra por mi patria. Entiendo que las prioridades son otras, como tener mejores escuelas, hospitales, transporte público. Ahora, me pregunto nomás yo, no es una afirmación. ¿De qué me sirve a mí mejores escuelas si no tenemos la capacidad de defender esos edificios, nuestras fronteras o nuestras hidroeléctricas?", señaló Rubín.
“Acá no es tanto el tema de cuántos soldados o efectivos tenemos, pero sí de tecnología, de misiles que alcancen a zonas clave de la región, que protejan nuestros recursos. Eso también le da herramientas a Cancilería para negociar", agregó.
El mal clima se generó a partir de que el Ejecutivo paraguayo ordenara el retiro de la energía de Yaciretá. La medida llegó como respuesta a la decisión argentina de rediscutir los parámetros con los que se rige el pago de peajes que sirven para financiar el mantenimiento de la ruta comercial. El gobierno de Peña se opone a que sus empresarios abonen este cánon.
A propósito de este diferendo, el embajador argentino en Asunción, Domingo Peppo, se mostró días atrás a favor de la instrumentalización de los aranceles al afirmar que Argentina “presta servicios de balizamiento, dragado, seguridad y ambientales, que demandan entre 20 y 25 millones de dólares anuales” por lo que “es justo que eso lo pague quien utiliza la Hidrovía y, en este caso, la mayor flota es la paraguaya”.