Nacido el 2 de diciembre de 1905, Osvaldo Pugliese creció en la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Villa Crespo. Descendiente de una familia de músicos, su destino estaba casi predilecto para esto. Sin embargo, luego de pasar por algunos instrumentos y llegar al Conservatorio Odeón descubrió el instrumento de su vida, el piano. Con una carrera que inició desde una temprana edad, Pugliese logró posicionarse rápidamente en la escena musical como un gran pianista y posteriormente, director y compositor. No obstante, desde su fallecimiento, su nombre se ha vuelto una figura de la "buena suerte" y entre los artistas existe la creencia de que es el "santo de los músicos".
El 25 de julio de 1995, a los 89 años, falleció Osvaldo luego de transitar una enfermedad. Su cuerpo fue velado en el Consejo deliberante de la Ciudad de Buenos Aires y trasladado al Cementerio de Chacarita para su entierro. Su brillante legado en la música hizo que reciba varios homenajes, como el monumento en Drago y Scalabrini Ortíz o la estación de Subte en Malabia. Tras este hecho, comenzó a hacerse muy famosa la leyenda de que su nombre y recuerdo traían buena suerte a quienes lo necesitaban.
Pugliese de la buena suerte
No hay una explicación o situación precisa que explique el nacimiento de esta leyenda de la buena suerte. Sin embargo, entre el ambiente se cree que surge durante un concierto de Charly García. En el mismo, los sonidistas tenían problemas con los comandos y el sonido, que no lograba reproducirse. Luego de intentar varios "movimientos" para solucionar el problema, a alguien se le ocurrió poner un disco de Osvaldo para probar el sonido. Milagro u obra del destino, el problema se solucionó y según cuentan, este sería el origen.
Luego de esto, en numerosos conciertos y distintos músicos comenzaron a extender esta leyenda, que no solo lo ubicó como de un "amuleto" de buena suerte, sino también como una forma de "anti-mufa". Aunque se creía que era solo para los artistas musicales, esta creencia se extendió y llegó también a la radio, donde los diferentes programas suelen utilizar su apellido para traer buenas vibras. El Club del Moro, programa de La100 que conduce Santiago del Moro, arrancó el ciclo hace ya cinco años y en el primer programa, las primeras palabras del conductor fueron "Pugliese, Pugliese, Pugliese".
La devoción es tal que incluso se han visto estampitas con su cara en camarines de los músicos. También se ha creado una oración para rezarle antes de salir al escenario: “Protégenos de todo aquel que no escucha. Ampáranos de la mufa de los que insisten con la patita de pollo nacional. Ayúdanos a entrar en la armonía e ilumínanos para que no sea la desgracia la única acción cooperativa. Llévanos con tu misterio hacia una pasión que no parta los huesos y no nos dejes en silencio mirando un bandoneón sobre una silla”.
Cierto o no, la verdad la tiene cada una de las personas que optó en creer. Los testimonios son muchos, la leyenda se expande y año tras año, crece en la sociedad, que también la ha adoptado.