Las empresas productoras de alimentos y productos de la canasta básica le blanquearon al Gobierno, con acciones directas, que están entrando en una especie de guerra fría que desafía cualquier intento oficial por ordenar los precios.
Según publicó el diario PáginaI12, los grandes supermercados están rechazando listas de precios de productos básicos con subas de entre 20 y 45 por ciento, muy por encima del 3,2 por ciento que acordaron esas mismas empresas con el Gobierno Nacional en el marco de Precios Justos.
Precisamente por ese rechazo de listas que hacen los comercios nucleados en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), el cumplimiento de la pauta de Justos en los híper es cercana al 98 por ciento.
Los hiper nucleados en ASU (Coto, Cencosud, Carrefour, Chango Más, entre otros) son los que están frenando la aplicación de esas alzas que pasan las alimenticias y es por eso que hay precios más baratos en las grandes cadenas.
Pero esas mismas listas que los super grandes rechazan, son presentadas por las alimenticias en comercios barriales que, por no tener espalda financiera y necesitar volúmen de mercadería, se ven obligados a tomarlas y, en consecuencia, a vender más caros los mismos productos que los hipermercados venden a precio regulado.
EL ACUERDO CON EL GOBIERNO
El ministerio de Economía, a través de la Secretaría de Comercio Interior, dispuso un sendero de estabilización de precios que se acordó con las empresas.
En un principio fue del 4 por ciento de aumento máximo permitido y luego se bajo a 3,2 por ciento, ante la intención oficial de alinear a la baja expectativas inflacionarias.
Si bien el acuerdo era voluntario, todas las mismas firmas que hoy aumentan se comprometieron con Sergio Massa a no subir más que la pauta oficial.
El gran problema del Gobierno es que, más allá de la disputa que le plantean las empresas no cumpliendo los acuerdos, el hecho de no ser efectivo el Estado en el monitoreo de lo que pasa afuera de los hiper, en los barrios, no solo le pega más al bolsillo de los que menos tienen sino que es central para que el IPC del INDEC siga dando subas muy fuertes en alimentos.
La nómina de listas rechazadas por los hipermercados son varias:
- La azucarera Ledesma pasó aumentos del 40 por ciento.
- El sector harinas en su conjunto, donde conviven AdeccoAgro, Molinos y Cañuelas, listas con subas de 22 por ciento.
- Las arroceras pidieron aumentar un 45 por ciento.
La alimenticia Mondelez (exKraft) y la cervecera Quilmes dejaron de dar promociones a los comercios, y eso supone un aumento de precios. Por el lado de Quilmes, aclararon que no es real que hayan bajado promociones, sino que "se sostienen".
Por su parte, la láctea Milkaut informó a las cadenas que el 3,2 del Gobierno "no" les sirve y pasó listas con subas superiores al 9 por ciento. Arcor, en esa línea, pasó listas con subas del 5 por ciento, mientras que Bodegas Balbo (Los Haroldos), pasó aumentos del 9 por ciento.
Con información de Página 12.