Este lunes se dieron a conocer datos preocupantes sobre el panorama laboral en Argentina, con un fuerte deterioro del empleo que fue constante en los últimos meses.
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Según el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), entre diciembre y marzo se registró una grave pérdida de puestos de trabajo formales, alcanzando la alarmante cifra de más de 126,000 empleos perdidos.
El informe del SIPA también reveló que los primeros indicadores de abril muestran una continuación de esta tendencia negativa en el mercado laboral. Esta alarmante caída fue confirmada por la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) elaborada por la Secretaría de Trabajo, que reportó una disminución mensual del 0,4% en el empleo para el mes de abril.
Las consecuencias de la desaceleración económica
En palabras del investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, la crisis del empleo en Argentina inició en septiembre del año pasado, y desde entonces persistió de manera ininterrumpida durante siete meses, con una pérdida acumulada de 127,000 puestos de trabajo formales. "Volvimos a niveles similares a los de fines de 2015", destacó el investigador, subrayando la gravedad de la situación actual.
Un sector particularmente afectado por esta crisis fue el de la construcción, que experimentó una considerable caída en el empleo, especialmente tras la decisión del Gobierno nacional de paralizar la obra pública.
Según datos del INDEC, en noviembre de 2023 se contabilizaban 444,024 puestos de trabajo formales en la actividad, pero para marzo de este año, este número había disminuido drásticamente a 391,367.
Se perdieron más de 100.000 empleos en la construcción
La paralización de la obra pública en Argentina desencadenó una crisis en el sector de la construcción, con más de 100.000 empleos perdidos y graves repercusiones económicas. Frente a este escenario, Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), alertó sobre el impacto devastador de la falta de pagos y la necesidad urgente de encontrar soluciones para reactivar la industria y evitar un mayor deterioro.
“El recorte de fondos para la obra pública está generando efectos muy perjudiciales, no solo para las empresas constructoras en particular sino también para toda la industria proveedora de insumos y la economía en su conjunto ”, afirmó Weiss en un reportaje concedido a Ámbito.
Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción.
El directivo planteó que se vive una situación de “desesperación ya que, en la casi la totalidad de los casos, las empresas no cobran un peso desde el mes de octubre o noviembre”. En ese sentido, estimó que son entre 3.500 y 4.000 las obras paralizadas, neutralizadas o suspendidas y que el sector perdió en los últimos meses más de 100.000 empleos.
“Cuando hablamos de que ya se perdieron 100.000 puestos de trabajo, estamos hablando solamente de obreros de la construcción, personal UOCRA", expuso Weiss, quien detalló que a eso "hay que agregarle la cantidad de gente que ya perdieron las empresas por tener que despedir empleados y cuadros técnicos costosísimos".
Según Weiss, esta crisis se debe en parte a la reducción de fondos para la obra pública y a la decisión del gobierno de no continuar con nuevos proyectos en este ámbito. Esta situación ha llevado a un estado de desesperación entre las empresas, que en su gran mayoría no han recibido pagos desde hace meses, incluso por trabajos realizados mucho antes.
