Charly García se presentó sorpresivamente este sábado en el CCK en la celebración de su cumpleaños número 70. Allí fue parte central del festejo que se llevó a cabo ante centenares de personas que coparon la sala más importante del Centro Cultural Kirchner para rendirse ante sus canciones.
Lo que era un recital homenaje y disfrutado por el público se transformó en un huracán emocional con la aparición del eximio artista del bigote bicolor, a quien, se lo esperaba a modo de cierre sorpresa luego del cuarto y último bloque, pero finalmente se presentó tras el segmento que encabezaron músicos alternativos que ejecutaron algunos de sus clásicos.
Ladeado por Rosario Ortega e Hilda Lizarazu junto a Fito Páez, Fernando Samalea y el "Zorrito" Fabián Quintiero, Charly volvió a hacer sonar sus teclados luego de más de un año de apenas alguna fugaz aparición en redes.
El segmento Say No More fue, en realidad, el segmento Piano Bar, ya que cuatro de las cinco canciones que tocó "El Artista", como lo llama el Samalea, fueron de ese legendario disco editado en 1984. A los mencionados temas se sumaron los ex GIT Alfredo Toth y Pablo Guyot, que en esa época formaban parte de la banda de Charly junto a Fito.
Tanta sintonía con el 84 hizo que los cuatro temas de Piano Bar que sonaron (Cerca de la revolución, Promesas sobre el bidet, Raros peinados nuevos y el cierre furioso con Demoliendo hoteles) lo hicieron como si el recital se hubiera realizado en aquellos 80s.
"Una vieja canción que me transportó al estrellato argentino", dijo Charly antes de largar los acordes de Canción para mi muerte, el clásico de Sui Generis que cerró la parte de Charly en el festejo y al que siguió una reverencia al rockstar desde el sillón de peluquería donde se ubicó para controlar sus cuatro teclados.
Con las emociones a flor de piel
El homenaje a Charly García comenzó a las 14 del sábado con un recorrido de cámara por la obra de Charly a cargo de una orquesta de violines, violas, cellos, contrabajo, corno, oboe, flauta, piano y percusión.
Después llegó un grupo de músicos y músicas que presentaron versiones alternativas y exquisitas. Sonia Álvarez dio el primer golpe con una muy bella versión en arpa y voz de Pasajera en trance, la cual cautivó a la sala de inmediato.
Otros muy buenos pasajes de ese primer bloque los protagonizaron Darío Jalfin, que interpretó al piano Canción del 2 x 3; Santiago Vázquez (de La Bomba de Tiempo) y su interesante revisión de Rezo por vos en voz y percusión; Hernán Jacinto que presentó una pieza que deconstruyó a Cuchillos; y el cierre de Ernesto Jodos, Sergio Verdinelli y Mariano Otero con Ojos de video tape.
Por otro lado, el momento clave fue el dúo de Clara Cantore y Manuel Rubio, integrantes de Música por la Ciencia que, tras sortear el ingrato momento de tener que interrumpir su interpretación por una pelea que se produjo entre dos personas del público, conmovieron a todos con su sentida versión de Superhéroes en bajo, batería y voz.
Un cierre a pleno
Tras el shock emocional que generó la presencia de Charly García en el escenario y luego de un breve intervalo, el escenario fue otra vez de Zorrito Quintiero, Rosario Ortega, Hilda Lizarazu y Fernando Samalea, aliados del "bicolor" que sumaron a un dream team de músicos y músicas que hicieron su aporte a la felicidad de quienes estaban en la platea y quienes seguían la transmisión tanto fuera del CCK como en sus casas a través de la TV Pública y YouTube.
El inicio fue instrumental, sentido y con la participación de quienes Charly García alguna vez bautizó como "Los hermanos Cuerda", Érica y Ulises Di Salvo, que pusieron su violín y su contrabajo para Fifteen Forever, opus instrumental de Cassandra Lange.
Rosario se hizo cargo de Eiti Leda y luego junto a Juan Ingaramo le tocó el turno a Viernes 3AM. Por su parte, Raúl Porchetto cantó Dime quien me lo robó y de ahí la lista pasó a Antes de gira a cargo de María Rosa Yorio.
Leo García entró para hacer A los jóvenes de ayer; Andy Chango, tras decir que Charly era "la única persona normal" que conoció en su vida, levantó los decibeles con Mr. Jones o pequeña semblanza de una familia tipo americana y la tensión siguió en alto con el querido Alejandro Medina y su esposa Lola Medina, que movieron la sala al ritmo de El fantasma de Canterville.
El "Zorry", maestro de ceremonias en ejercicio, gritó "¡Viva nuestro rock!" a la salida de Medina y luego la sala se dejó hipnotizar por la melodía de Operación densa, instrumental de la banda de sonido de la película Pubis angelical (1982), título a su vez del opus que llegó luego con Julia Zenko en voz.
Regresaron también al escenario Toth y Guyot pero con un invitado: Emmanuel Horvilleur, que cantó Promesas en el bidet. Lo siguió Cucuza Castiello y una gran versión tanguera de la, justamente tanguera, No soy un extraño. La invitada internacional del evento fue Julieta Venegas, que interpretó Ojos de video tape. El tercer tema consecutivo de Clics modernos fue Nuevos trapos (el título que originalmente iba a llevar Clics...), a cargo de Richard Coleman y Christian Basso.
Flor Croci ejecutó Adela en el carroussell y luego Benito Cerati aportó su impronta para Raros peinados nuevos.
Posteriormente, le tocó volver a Rosario Ortega, que se unió a una gótica Brenda Asnicar para el track de Kill Gil, quizá el disco menos conocido de García, In the city that never sleeps. una de las sorpresas del día. Continuaron Mavi Díaz y la cantante Almendra Marilao, quienes se animaron con otra de Kill Gil, King Kong.
Alina Gandini con su solvencia a cuestas se encargó de Canción para mi muerte; Nahuel Pennisi aportó su bella voz a Los dinosaurios; mientras que la ya legendaria Celeste Carballo se hizo cargo de Rezo por vos con Lito Epumer en guitarra.
Un mal trago sonoro de la noche fue la irrupción de Sara Hebe, que arremetió contra El karma de vivir al sur a fuerza de desafinación y gritos ante una Rosario Ortega que logró salvar la situación cuando aportó su voz a esa redonda canción de desamor de Parte de la religión.
Rosario también acompañó a El Zar en La máquina de ser feliz, único track de Random que fue parte de la fiesta.
Para el cierre se sumaron Joaquín Levinton y Leandro Lopatín con No se va a llamar (mi amor) y después Fernando Ruiz Díaz para Nos siguen pegando abajo.
En tanto, y "fuera de la lista" tal como anunció Quintiero, el cierre fue a toda orquesta y literal, ya que subieron al escenario todos y todas quienes formaron parte del último tramo del homenaje para entregar una versión entre coral y festivamente anárquica de Demoliendo hoteles, a pura fiesta rockera.