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¿Vale la pena ver "Mufasa: El Rey León" en el cine?

Hoy jueves se estrenó una nueva entrega del universo de El Rey León y te contamos sin spoilers algunos detalles del film.

Miércoles, 18 de diciembre de 2024 a las 21 19

Por Cristopher Martínez

Miércoles, 18 de diciembre de 2024 a las 21:19

Cuando Disney lanzó el remake live-action de El Rey León en 2019, quedó claro que la nostalgia era un producto tan valioso como la tecnología. La película dividió opiniones: visualmente impresionante, pero acusada de carecer de la calidez y el alma del clásico animado de 1994. Ahora, con Mufasa: The Lion King, el estudio redobla la apuesta. Esta vez, bajo la dirección de Barry Jenkins, la narrativa viaja al pasado para explorar los orígenes del mítico león y su conflictiva relación con su hermano Scar, antes conocido como Taka. Sin embargo, la pregunta continúa: ¿logra este nuevo viaje algo más que desempolvar viejos recuerdos y explotar la añoranza de los fans?

Lo primero que salta a la vista es el despliegue visual. El CGI alcanza un nivel de precisión que roza lo obsesivo: la hierba ondea con naturalidad bajo el viento africano, el polvo se eleva y dispersa con cada pisada felina, y cada pelo del pelaje de los leones parece tan real que dan ganas de estirar la mano para tocarlo. Jenkins saca provecho de este hiperrealismo con movimientos de cámara que no solo capturan la majestuosidad de la sabana, sino que también sumergen al espectador en una experiencia casi táctil y sensorial. Las tomas bajo el agua y los paneos aéreos aportan una inmersión visual difícil de igualar. Pero este realismo visual también tiene su precio: los personajes jóvenes se parecen tanto entre sí que distinguirlos puede ser un desafío, aunque tampoco es un impedimento.

Donde Mufasa realmente se distingue es en el desarrollo de personajes. Aquí no hay villanos unidimensionales: la relación entre Mufasa y Taka no nace de la pura rivalidad, sino que se construye con matices. Comienzan como hermanos unidos por una lealtad fraternal que, poco a poco, se erosiona hasta desembocar en la inevitable traición. La película le da a Scar una complejidad que el clásico de 1994 apenas sugería. Vemos a un joven Taka que lucha con su identidad, con los celos, y con el peso de las expectativas familiares, factores que lentamente lo empujan hacia su transformación en uno de los villanos más icónicos de Disney. Este enfoque psicológico le da al relato una profundidad emocional inesperada y sorpresiva.

Barry Jenkins maneja esta dualidad con precisión quirúrgica. Su dirección es un acto de equilibrio: por un lado, el dramatismo casi shakesperiano de una tragedia familiar, y por el otro, el humor ligero necesario para que los más chicos no se aburran o se pierdan en tanto conflicto. Las intervenciones cómicas de Timón, Pumba y Rafiki aseguran que la historia no se ahogue en su propio peso emocional. Este balance es uno de los mayores aciertos del film y un testimonio de la capacidad de Jenkins para adaptar su estilo cinematográfico a una producción de gran escala sin perder su sensibilidad característica.

En cuanto a la banda sonora, Lin-Manuel Miranda aporta nuevas composiciones que cumplen su función narrativa. Canciones como "I Always Wanted a Brother" y "Bye Bye" tienen momentos de encanto y dramatismo pero la comparación es imposible de no trazar con aquellos clásicos como "Hakuna Matata" o "Circle of Life". Es el precio de intentar competir con una de las bandas sonoras más icónicas de todos los tiempos.

El homenaje al legado es evidente desde el primer minuto. La película abre con un emotivo tributo a James Earl Jones, la legendaria voz original de Mufasa, reforzando el respeto por el material fuente. Los valores de lealtad, sacrificio y responsabilidad siguen siendo el núcleo temático de la historia, haciendo de Mufasa una experiencia familiar sólida. Sin embargo, este respeto por el legado a veces se convierte en una cadena que impide que la película se arriesgue o innove. La trama, aunque conmovedora por momentos, se siente predecible y demasiado dependiente del guion emocional ya conocido. Al fin y al cabo es una producción para disfrutar con la familia sin más.

Mufasa: The Lion King es una entretenida y coherente película que se desarrolla con facilidad para el público, que busca respetar la historia y el alma de aquel clásico de los años 90 y las nuevas generaciones van a saber apreciar aquellos grandes momentos del film y quienes crecimos con las aventuras de Simba, también podemos sentir algo de nuestra infancia en ciertas escenas que se sienten increíblemente reales gracias a un CGI que supera las expectativas.

⭐ 8/10

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