Luego de una espera que duró casi 10 años, finalmente System of a Down, la banda de Serj Tankian, Daron Malakian, Shavo Odadjian y John Dolmayan vuelve a Argentina.
El conjunto se presentará en el estadio de Vélez el 3 de mayo.
Las entradas se pondrán a la venta el jueves 19 de diciembre en la web de Entrada Uno.
Hay bandas que revolucionan un género y otras que, además, se convierten en un grito de protesta. System of a Down (SOAD) pertenece a esta última categoría. Nacidos en Los Ángeles pero con raíces firmemente ancladas en Armenia, Serj Tankian, Daron Malakian, Shavo Odadjian y John Dolmayan lograron mezclar el metal más visceral con melodías del folclore de su tierra y una carga política imposible de ignorar.
El sonido de SOAD es una olla a presión de riffs agresivos, cambios de tempo vertiginosos y melodías tradicionales armenias. Según Serj Tankian, esta combinación es clave para transmitir mensajes que oscilan entre lo absurdo y la crítica sociopolítica. Y ese compromiso no es un capricho: la historia familiar de los integrantes, marcada por el genocidio armenio, les dio una razón de ser. “Mi abuelo, Stepan Eytan, nació en una aldea que solía ser Armenia histórica. Fue un sobreviviente del genocidio del Imperio Otomano”, recuerda Serj, quien nunca esquivó el activismo.
Desde su irrupción en 1998 con su primer disco homónimo, la banda demostró que no venía a ser una bandita más. Sus letras denunciaron la guerra, la opresión y la desigualdad. Pero fue con "Toxicity" en 2001 cuando realmente explotaron. Sin embargo, ese éxito no estuvo exento de controversia. El álbum salió apenas una semana después del 11 de septiembre, y la canción "Chop Suey!" fue prohibida por su temática. “Es una locura que una banda llamada System of a Down tuviera un hit que hablaba de suicidio justo en esa fecha”, comentó Serj.
Los shows en vivo de SOAD son legendarios. Desde sus inicios en el escenario secundario del Ozzfest de 1998 hasta encabezar festivales mundiales, su ascenso fue meteórico. En Brasil, donde tocaron por última vez en el Rock in Rio 2015, mantienen una legión de fans devotos. Según Caio Jacob, Vicepresidente de Giras Globales en 30e, la banda “influyó en una generación de músicos locales” por su mezcla única de sonido y actitud.
Sin embargo, desde 2005, la banda no lanzó nueva música. La causa: diferencias creativas. Mientras Daron Malakian componía la mayor parte de la música, Serj sentía que su voz no era escuchada lo suficiente. "Había un tira y afloje constante entre el mensaje y la música", admite Serj. Esta tensión también influyó en el desgaste de su relación creativa.
De igual manera no solamente se limitan a la música. Su misión de educar sobre el genocidio armenio marcó una diferencia. Serj lo define como “uno de los legados no musicales más importantes de la banda”. Este activismo cobró un nuevo significado cuando, en 2015, tocaron en Ereván para conmemorar el centenario del genocidio. "Sentíamos que estábamos hechos para ese momento", recuerda el cantante.
Con más de 40 millones de discos vendidos, un premio Grammy y una base de seguidores que atraviesa generaciones actualmente, SOAD sigue siendo una de las bandas más importantes del siglo XXI. Su música puede no ser nueva, pero su mensaje está más vigente que nunca. Como dice Serj: "Un artista no está para complacer a todos. Si no podés expresar las verdades de nuestro tiempo, sos un simple entretenedor".
En tiempos donde el arte y la denuncia parecen estar en constante conflicto, System of a Down demuestra que es posible ser ambos: músicos brutales y activistas incansables. Y esa es una combinación que nunca pasa de moda.