El pasado 6 de febrero el Tribunal Oral en lo Criminal 01 de Dolores, condenó a los ocho rugbiers acusados por la muerte de Fernando Báez Sosa, con penas de prisión perpetua para 5 de ellos y 15 años para los tres restantes. Se trató de un fallo que generó impacto social, por la expectativa alrededor de la pena que les tocaría a los jóvenes que asesinaron a golpes a Báez Sosa en el año 2020.
Uno de los principales acusados por el crimen de Fernando es Máximo Thomsen, quien según los testimonios y demás material de prueba que se obtuvo en la investigación, fue uno de los autores de los golpes que terminaron con la vida del joven de 19 años.
Thomsen fue noticia este miércoles debido al contenido de una carta que escribió durante su detención en donde evidencia signos de una honda depresión, que puso en alerta a las autoridades judiciales y penitenciarias. El rugbier, que se descompensó cuando se dio a conocer la condena a cadena perpetua para él y para otros 4 de sus amigos, quedó en la mira luego de revelarse lo que había escrito en los últimos días.
Se supo que Thomsen presenta angustia y síntomas de depresión. En una nota de puño y letra que escribió hace unos días admitió “que siente claustrofobia y que lo disculpen”, porque había estado "pegando patadas en el buzón", nombre que se usa para llamar a la celda actual.
Asimismo se supo que el rugbier se calmó cuando fue visitado por un Pastor, quien le otorgó una Biblia como material de lectura. También se supo que personal del Servicio Penitenciario tomaron medidas preventivas para que el joven no atente contra su vida.
Actualmente Thomsen y el resto de los rugbiers, se encuentran en el penal de Melchor Romero donde esperan ser trasladados a otras prisiones donde cumplir su condena. Se espera que la mayoría de ellos sean trasladados al penal de Sierra Chica.
Cómo es el penal de Sierra Chica
Llamado oficialmente Unidad Penal N°2, es uno de los establecimientos penitenciarios de máxima seguridad más antiguos del país. Ubicado en las afueras de la ciudad de Olavarría, la unidad carcelaria fue levantada antes que se construya la localidad, el 4 de marzo de 1882.
Con una estructura panóptica, cuenta con tres unidades internas: N° 2, N° 38 (régimen semiabierto) y N° 27 (régimen semiabierto y abierto), donde cada una puede alojar unos 3.000 presos. Además, posee 12 pabellones con capacidad para 140 reclusos, y otros cuatro donde se alojan hasta 60 internos.
Además de los pabellones, la cárcel de Sierra Chica ofrece distintos talleres para que los presos puedan estudiar o emplearse en un oficio: automotores, chapa y pintura, mecánica, herrería en general, carpintería metálica, recuperación de equipos informáticos, construcción de cepillos, talabartería, tapizado de asientos de automóviles, fábrica de bloques y de baldosas, tapicería y carpintería.
Las celdas donde pasarán sus días los rugbiers tienen 3,75 metros de largo por 1,80 de ancho y 3,60 de alto, son ocupadas por dos internos y tienen un inodoro.