Organizaciones sociales y de derechos humanos cortaron este mediodía el Puente Pueyrredón para realizar un acto por los 22 años de la Masacre de Avellaneda, cuando Maximiliano Kosteki y Darío Santillán fueron asesinados por la Policía Bonaerense el 26 de junio de 2002 mientras participaban de una protesta. Los manifestantes comenzaron a desconcentrarse pasadas las 13 y el tránsito se normalizó en la zona.
Los organizadores habían adelantado que la idea de la manifestación no era generar ningún tipo de enfrentamiento con la Policía Federal, por lo que no avanzarían sobre el puente. Uno de los organizadores declaró: “No queremos cruzarnos con la Policía Federal ni con la Prefectura. Vamos a avanzar hasta un escenario donde se leerá un documento y luego nos vamos a desconcentrar"
En el lugar se estableció un gran operativo policial para impedir que los manifestantes cortaran la circulación del puente. Las columnas, conformadas por organizaciones sociales y de izquierda, avanzaron con bombos y cánticos, en reclamo por la Masacre de Avellaneda y también por los cinco detenidos durante el debate en el Congreso por la Ley Bases.
El testimonio del padre de Santillán
"A 22 años de la masacre de Avellaneda seguimos insistiendo, buscando, trabajando más que la propia fiscal y el juez para que tengamos una verdadera justicia, que sea plena, popular. Estoy orgulloso de ser padre de Darío y de la militancia que nos acompaña siempre, de las barriadas más humildes", aseguró Alberto Santillán.
En el documento, las organizaciones denunciaron "22 años de impunidad" y exigieron que "los jefes de ese momento de las fuerzas federales de seguridad y todos los que tuvieron responsabilidad en el armado, la coordinación, la comunicación y la orden política, paguen con cárcel el crimen de nuestros compañeros y asuman el costo de semejante represión".
El 26 de junio de 2002, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán participaron de una movilización por "trabajo digno, alimentos y planes de trabajo" en el contexto de la crisis económica y social del 2001. Fueron asesinados en el hall de la exestación Avellaneda del Ferrocarril Roca en medio de una brutal represión de las fuerzas de seguridad.