"El festejo fue para mi hija que le encanta el Topo Gigio". El textual pertenece a Juan Román Riquelme. Se cumplen 20 años de una frase cargada de ironía con el auténtico sello del actual vicepresidente de Boca. Por ese entonces tenía solo 23 años pero ya tenía las cosas bien claras. Era la figura del Xeneize, era un líder y mostraba que sabía cómo jugar sus cartas.
Como si fuera poco, ya tenía varios títulos en su lomo, incluida la recordada Copa Intercontinental ganada en Japón ante el Real Madrid. Pero, algo no andaba bien en Boca y el principal apuntado era Mauricio Macri, quien era por ese entonces el presidente del Xeneize.
¿Cuál era el conflicto? Si bien había algunas cosas adicionales (que incluso hasta hoy se mantienen ya que fue Román la figura que apareció para sacar al macrismo de Boca en las últimas elecciones), el principal foco de conflicto era el salario de Riquelme. Siendo la figura del Xeneize super ganador, cobraba "como un juvenil" según se dijo en ese momento.
Hace exactamente 20 años, y 10 días depués que Macri anunciara que el crack estaba vendido al Barcelona, Riquelme marcó ante River en una goleada 3 a 0 y en su festejo pidió a sus compañeros que lo dejen. Siguió su carrera, se plantó frente al palco del entonces presidente de Boca y mirándolo fijo llevó sus manos a las orejas como pidiendo "escuchar". Ese festejo sería conocido mundialmente como el "Topo Gigio", y hasta varios deportistas lo replicaron en el algún momento.
Riquelme negó que ese festejo hubiera sido contra Macri, pero una imagen dice más que mil palabras. No necesitó decir mucho para dejar un claro mensaje. Aunque algo diría: admitió "no saber nada" de su pase a Barcelona (que finalmente se haría pero en una nueva negociación), y ya con eso dejó en claro que había un cortocircuito con la dirigencia xeneize.