La Marihuana o Cannabis ha sufrido cientos de acusaciones que se traducen en desconocimiento, prejuicios y desinformación sobre la planta y sobre sus consumos y efectos. La mayoría de ellos provienen de los discursos antidrogas, que a su vez se sostienen en esos mismos “mitos”. En el medio se cuela el narcotráfico, la violencia y el poder económico, para jugar el juego de siempre.
No vamos a discutir qué fue primero, si el huevo del desconocimiento o la gallina del prejuicio y la prohibición, pero sí vamos a intentar desmontar algunos de los mitos más populares.
#1 LA MARIHUANA ES UNA DROGA DE ENTRADA
Utilizada en debates políticos en los 90, el relato era que la persona que usaba cannabis generaba “tolerancia” y entonces pasaba a otras drogas para sentir los efectos que ya no sentía con la marihuana. Por supuesto que afirmar eso es desconocer los efectos particulares de cada droga, por un lado, y por otro, desconocer las estadísticas (que demuestran lo contrario). La marihuana no solo no es una droga de entrada, sino que se utiliza como una “sustancia de salida” en terapias para dejar los opiáceos, en países como EEUU, Canadá o Australia.
En Argentina, según el último estudio nacional en población sobre consumo de sustancias psicoactivas del SEDRONAR (2017), solo el 8 % de la población argentina consume marihuana, frente al 53 % que consume alcohol. Y de ese 8 %, más del 78% consume solamente esa sustancia. Es decir: cerca del 80 % de quienes consumen marihuana, solo consumen marihuana (no han "entrado" en otra "droga").
Lo que sí hay, es consenso respecto a que "la droga" de inicio es el alcohol. La secretaria de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR), Gabriela Torres, dijo hace poco (2022): "el alcohol sigue siendo la sustancia que más se consume y la que más consecuencias físicas y sociales trae".
#2 LA MARIHUANA QUEMA NEURONAS
Este mito fue divulgado en 1974 por el entonces gobernador de California Ronald Reagan, quien sostuvo públicamente que el consumo de marihuana causaba la muerte de células cerebrales. Para justificar sus dichos, se basó en los resultados de un único estudio realizado con monos (por Robert Heath de la Tulane University Medical School de Nueva Orleans). Los animales fueron sometidos a bombeos de humo de cannabis a través de máscaras que nos les permitían incorporar oxígeno (se fumaron algo así como 60 porros en 5 minutos), lo que explicó por sí mismo el daño o la disminución de células cerebrales.
Los resultados de este estudio nunca pudieron ser replicados e incluso han sido desacreditados por estudios posteriores que indican que el cannabis no solo no “quema neuronas”, sino que tiene un comprobado efecto neuroprotector y un sin número de propiedades medicinales y múltiples efectos beneficiosos para la salud integral de las personas.
#3 LA MARIHUANA GENERA PEREZA
El que relaciona el consumo de cannabis con el desgano o la pereza es uno de los últimos mitos derribados. Literalmente es el mito más recientemente derribado por un estudio dirigido por científicos de la UCL, la Universidad de Cambridge y el Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres.
Según lo explicó una de las responsables del trabajo, Martine Skumlien: “Nos sorprendió ver que realmente había muy poca diferencia entre los consumidores de cannabis y los no consumidores en lo que respecta a la falta de motivación o falta de disfrute, incluso entre aquellos que consumían cannabis todos los días. Esto es contrario a la representación estereotipada que vemos en la televisión y en las películas”.
A pesar de ser un estereotipo común –por ejemplo pensemos en Jesse Pinkman de Breaking Bad, o en Argyle de Stranger Things– no se trata de una representación fiel de los consumidores de cannabis; las personas que consumen cannabis no tienen más probabilidades de carecer de motivación o ser más perezosas que las personas que no lo hacen. Incluso quienes consumen marihuana habitualmente, pueden dar cuenta, muchas veces, del ligero estimulo que puede representar una calada antes de ponerse a cocinar, limpiar la casa o escribir una nota sobre los tres mitos más comunes sobre el cannabis.
[Nota aclaratoria: desde esta columna no recomendamos el consumo de cannabis sin supervisión profesional. Cualquier duda, consulte a su médica/o].