En una secuencian nunca antes vista, el partido que Boca y Gimnasia disputaron en el estadio Coloso Marcelo Bielsa por los cuartos de final de la Copa Argentina quedó manchado por los graves incidentes que ocurrieron durante el segundo tiempo. Mientras los jugadores intentaban hablar con sus hinchas, en las tribunas se estaba viviendo un descontrol total que provocó la intervención de la Policía con balas de goma y gases lacrimogenos.
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Parte de la barra del Xeneize saltó desde la popular y se cruzó toda la platea para enfrentarse a puño limpio con sus pares del Lobo. Sin embargo, antes que eso suceda, Juan Román Riquelme bajó a la tribuna y evitó lo que podría haber sido un desastre mayor.
El presidente del club intentó calmar a sus hinchas, les pidió que retrocedan para que el partido pueda continuar y en el medio fue gaseado por la Policía que intentaba persuadir a los simpatizantes boquenses.
Luego de una primera mitad sin mayores complicaciones, donde Boca ganaba parcialmente por 1-0 gracias al gol de Aaron Anselmino, los planteles regresaron al campo de juego para disputar el complemento y definir al próximo semifinalista de la Copa Argentina.
No obstante, la barrabrava del club platense comenzó a lanzar butacas contra el sector donde estaban ubicados los plateistas de Boca. Acto seguido, rompieron el portón que separaba las tribunas para luego vulnerar el cordón de seguridad que se había armado con el objetivo de evitar cruces entre ellos.
Ante la efervescencia del asunto, la Policía comenzó a disparar balas de goma y a lanzar gases lacrimógenos. Allí, los jugadores de ambos equipos se acercaron a la platea para pedir calma y evitar que siguieran los conflictos. Incluso algunos patearon algunas pelotas a los oficiales y lanzaron botellas de agua para los hinchas afectados.
Enterados de lo que sucedía a varios metros, un importante grupo de La 12 superó la reja que dividía ambas tribunas y caminó a lo largo de la platea para pelearse con la otra hinchada. La Policía tomó la decisión de tirar algunas balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a los violentos.
Sin embargo, el gesto clave y que derivó en la paulatina resolución del asunto, fue la aparición de Riquelme y los integrantes del Consejo de Fútbol, Raúl Cascini y Chicho Serna.
Los tres dirigentes se movieron del palco a la platea, pasaron por el medio de los gases lanzados por las fuerzas y se pusieron en frente de los hinchas para bajar la calentura y evitar un combate que podría haber terminado en un desastre.
Según el relato de los que estaban presentes en el estadio, si no hubiera sido por la intervención del presidente, el problema habría escalado aún más. De hecho, las barras ya habían empezado a proteger y custodiar sus banderas cercanas, para que no se las robaran.
Luego de algunos minutos de mucha tensión, el mandamás xeneize logró el retroceso de La 12 hacia su popular y apagó rápidamente el incendio junto a sus compañeros de dirigencia.