En su arribo al Vasco Da Gama allá por el mes de julio, Ramón Díaz prometió que su equipo no iba a descender. "Vasco no iba a bajar", reafirmó días atrás antes del partido ante Bragantino. Y cumplió. El elenco de Rio de Janeiro, que dependía de si mismo para mantener la categoría, venció 2-1 en condición de local y, con el triunfo de Bahía frente a Atlético Mineiro, terminó condenado al Santos a la Serie B de Brasil.
La locura y el desahogo fue total. Por eso, luego del triunfo y en pleno festejo por la salvación, el entrenador argentino se acercó hasta la tribuna donde los hinchas del Vasco celebraban la victoria y se destapó con un particular bailecito dedicado a los torcedores. Pero eso no fue todo, porque además, se despachó con un curioso regalo para algún afortunado: se sacó el saco y, al igual que los jugadores que suelen regalarle su camiseta a los fanáticos, él también decidió tirar su blazer negro.
El equipo de Ramón Díaz llegaba a esta jornada por un punto fuera del puesto de pérdida de categoría que restaba definirse, pero en la ruleta de resultados de partidos disputados en simultáneo llegó a estar en descenso. Finalmente, el que había empezado ahí, Bahía, también ganó -4-1 de local a Atlético Mineiro- y el que mejor comenzó el día, Santos, fue el sorpresivo descendido por primera vez en su historia, por culpa de su tropiezo como local por 2-1 con Fortaleza.
El equipo que vio surgir a dos astros como Pelé y Neymar terminó pagando muy cara su pobre campaña para perder la categoría por primera vez en su historia. Los tantos del Fortaleza de Juan Pablo Vojvoda los marcaron Marihno y Juan Martín Lucero -un verdadero golazo-, mientras que Messias había descontado para los de San Pablo. Con este resultado, el Peixe quedó en la 17° posición y acompañó a la Serie B a Goias, Coritibia y América.
Por su parte, Vasco logró una salvación agónica gracias a la enorme actuación de su entrenador, que desde su llegada consiguió 10 victorias, 8 derrotas y 5 empates. "Vasco es un gran equipo. Nunca más tendrá que pasar por esta situación. Hay que tener mentalidad de gran equipo", aseguró el Pelado en conferencia de prensa, a la que fue acompañado por su hijo y asistente, Emiliano, y el director deportivo, Paulo Bracks.
Y agregó: "Los jugadores fueron los verdaderos protagonistas de todo. Hicieron un clic, un cambio de mentalidad, en la formación, en el trabajo. Querían superar las dificultades que tuvieron en la primera vuelta. Fueron muy importantes en los últimos días. Mi equipo de trabajo también supo transmitir a los jugadores más jóvenes, se tuvieron que adaptar al entrenamiento, a la mentalidad del entrenador, sabiendo que el momento era difícil. Íbamos a luchar hasta el final".
"Si llegamos y logramos lo que logramos es por la mentalidad que todo se puede lograr. Los jugadores fueron grandes participantes en esto. Dijimos que el Vasco no iba a caer y cumplimos esa promesa. Nosotros, clubes, jugadores, asistentes, por eso nos sentimos orgullosos", completó.
