Woody Allen regresó al Festival de Cine de Venecia este fin de semana para el estreno mundial de "Coup de Chance", su película número 50 y posiblemente la última. El thriller romántico en francés se proyectó en uno de los festivales más destacados de Europa, marcando la estrecha relación entre el director y el continente, que se ha fortalecido debido a la limitada financiación en Estados Unidos debido a las controversias que lo rodean. Esto arroja luz sobre su reflexión sobre la jubilación, ya que Allen menciona que producir una nueva película implica apresurarse para obtener respaldo financiero y, a sus 87 años, no está seguro de querer seguir haciendo ese tipo de trabajo.
Durante una entrevista en el Hotel Excelsior, Allen compartió sus pensamientos: "Tengo muchas ideas para películas, y me sentiría tentado a llevarlas a cabo si la financiación fuera más sencilla. Pero más allá de eso, no sé si conservo el mismo entusiasmo para salir y dedicar mucho tiempo a recaudar dinero".
A pesar de las luchas históricas en la financiación del cine independiente, Allen se ha encontrado completamente marginado en el mercado estadounidense tras la cobertura mediática de las acusaciones de abuso sexual por parte de su hija Dylan Farrow. Al director le preguntaron sobre su reacción a esta denuncia y respondió "Mi reacción siempre ha sido la misma. La situación ha sido investigada por dos personas, dos organismos importantes, no personas, sino dos organismos de investigación importantes. Y ambos, después de largas investigaciones detalladas, concluyeron que estos cargos no tenían mérito, eso, ya sabes, es exactamente como escribí en mi libro, "Apropos of Nothing". No hubo nada de eso. El hecho de que persista siempre me hace pensar que tal vez a la gente le guste la idea de que persista. Sabes, tal vez haya algo atractivo para la gente. ¿Pero por qué? ¿Por qué? No sé qué se puede hacer además de investigarlo, cosa que hicieron tan meticulosamente. Uno fue menos de un año y el otro muchos meses. Y hablaron con todos los involucrados y, ya sabes, ambos llegaron exactamente a la misma conclusión".
Con respecto a la cultura de la cancelación, el director declaró "Siento que si te van a cancelar, esta es la cultura por la que hay que cancelar. Todo eso me parece tan tonto. No pienso en eso. No sé lo que significa ser cancelado. Sé que a lo largo de los años todo ha sido igual para mí. Hago mis películas. Lo que ha cambiado es la presentación de las películas. Ya sabes, trabajo y es la misma rutina para mí. Escribo el guión, reúno el dinero, hago la película, la filmo, la edito y sale. La diferencia no es la cultura de cancelación. La diferencia es la forma en que presentan las películas. Es que ese es el gran cambio".
También confesó que actualmente no ve como un real desafío los problemas con respecto al casting y la financiación de sus películas. "No es lo suficientemente desafiante como para que esto sea un factor. No es lo suficientemente desafiante como para que a lo largo de los años, siga haciendo películas. Quiero decir, lo que fue muy desafiante fue Covid. Ese fue un gran desafío" concluyó.