El mundo se paralizó este viernes debido a la triste noticia de la muerte de Akira Toriyama, creador de Dragon Ball. La información sobre su fallecimiento fue dada a conocer esta jornada por redes sociales, en donde se indicó mediante un comunicado que a sus 68 años el mangaka había fallecido el pasado 1 de marzo producto de un hematoma subdural agudo.
“Lamentamos enormemente informar que el creador de manga Akira Toriyama murió el 1 de marzo debido a un hematoma subdural agudo”, afirmaron en la publicación desde la cuenta Bir Studio.
El comunicado también expresó el pesar por los proyectos inconclusos del talentoso autor: “Sentimos mucho que todavía tenía varios trabajos a mitad de creación con gran entusiasmo. También, tenía muchas más cosas por lograr”
¿Qué es un hematoma subdural agudo?
Un hematoma subdural agudo es una acumulación de sangre entre la superficie del cerebro y la duramadre, que es una de las capas que recubren el cerebro. Esto se considera una emergencia médica, ya que la acumulación de sangre puede aumentar la presión dentro del cráneo, lo que puede causar daño cerebral.
Esos hematomas suelen ser provocados por una lesión en la cabeza, que puede causar el rompimiento de los vasos sanguíneos en el espacio subdural. Los síntomas pueden incluir dolor de cabeza, confusión, cambios en el comportamiento, dificultad para hablar, náuseas, vómitos, debilidad en un lado del cuerpo, o incluso pérdida de consciencia.
El tratamiento puede involucrar procedimientos quirúrgicos para aliviar la presión y remover la acumulación de sangre.
De todas formas, si no se trata de forma correcta, un hematoma subdural puede ser mortal. La acumulación rápida de sangre en el espacio subdural puede llevar a un aumento significativo de la presión intracraneal. Esa acumulación puede provocar daño cerebral irreparable y afectar funciones vitales del cerebro.
En tanto, la rapidez con la que se incrementa la presión dentro del cráneo, la gravedad del hematoma y la prontitud de la intervención médica son factores cruciales en el pronóstico del paciente. Si la detección es temprana y el tratamiento adecuado, la mortalidad y las secuelas neurológicas pueden reducirse significativamente.