El dirigente social Alejandro "Pitu" Salvatierra participó en el programa que Pablo Duggan conduce en C5N y realizó un acertado análisis sobre la situación actual del país, que se ve presionado por acordar con el Fondo Monetario Internacional, producto de la deuda de 45 mil millones de dólares contraída por Mauricio Macri en 2018 y reducir la inflación.
"Creo que el kirchnerismo sigue siendo la transición natural del peronismo. Ser peronista y ser kirchnerista me parece que es lo mismo. No hay contradicciones ahí. Yo creo que sí estamos un poco desdibujados con el gobierno que lleva adelante Alberto Fernández. Yo creo que hay discusiones que no tienen sentido con lo que estamos viviendo día a día, no entendemos cual es la discusión real, no entendemos por qué algunos votaron o no nos votaron, los que no nos votaron no explican por qué no nos votaron. No tenemos claro cuáles son las cosas que preocupan del convenio con el FMI", comenzó.
En esa línea, continuó: "Lo que si sentimos es que la dirigencia política no está discutiendo los problemas cotidianos de nuestra gente. Sentimos que esa discusión está lejos de lo que nos pasa a nosotros cotidianamente. Hay tipos que tomaron la deuda más grande de este país y se ofenden porque le dicen que tomaron la deuda más grande de este país. Una locura".
"Hay un no reconocimiento de la realidad que uno está viviendo, donde hay una sopa tan rancia, espesa que se empieza a cocinar abajo y cuando esto vuele por los aires no se va salvar ninguno porque ahí no va a haber diferencias entre unos y otros. Porque por ahí la derecha cree que se va salvar de un estallido social y van a ser los primeros que caigan", añadió.
El dirigente social se refirió a cómo se vive en los barrios: "Hay intelectuales que intelectualizan una situación hoy que me parece que no estamos para intelectualizar mucho. Nosotros, cuando nos estábamos muriendo de hambre en los noventa, en los principios del 2000, hasta 2001, lo único que pensábamos era en parar la olla porque el contexto lo único que exigía era parar la olla, cómo morfamos, cómo no nos morimos de hambre".
"Cuando mejoramos nuestras condiciones a través de la irrupción del kirchnerismo en el 2003, la situación empieza a acomodarse. En el 2005 empiezan a desaparecer los techos de chapa en las villas y aparecen los techos de loza, los pasillos de tierra se convierten en cemento, hay una mejora adquisitiva del sector popular en donde dejamos de comer guiso y empezamos a comer más churrasco, más asado. Una vez que satisfacemos todas esas necesidades, empezamos recién a hablar de los procesos de urbanización y problematizar esa situación y ahí es donde cambiamos el concepto de urbanización por el de integración urbana, porque había otras cosas resultas", sumó.
Por último, concluyó: "Hoy ponerse a intelectualizar tanto la situación cuando nos estamos cagando de hambre me parece que es una falta de respeto".