Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, actualmente prófugo de la Justicia argentina. se presentó ante la Comisión de Refugiados (CORE) y confesó por escrito cuál fue su verdadero rol durante la administración de Cambiemos, su intervención en causas, su incidencia para nombras a jueces de la Corte Suprema y cómo llevó adelante acciones que no estaban relacionadas con sus cargos formales.
De este modo, Pepín reconoció ser operador judicial, y de esta manera ahora sería un “perseguido” que no puede regresar a la Argentina por temor a perder su seguridad y libertad.
Sin embargo, la estrategia de Rodríguez Simón tiene un doble fin. Por un lado, intentar conmover a la Comisión de Refugiados que depende de la ONU. Por el otro, y mucho más importante, obturar el juicio de extradición solicitado por la jueza federal María Servini ante la rebeldía del abogado a presentarse a indagatoria que tramita ante el Juzgado Letrado en lo Penal Especializado en Crimen Organizado de 1° Turno con intervención de la fiscalía de Delitos Económicos y Complejos.
Tras el requisito de que su escrito sea secreto Pepín admitió los cuestionamientos de los que fue objeto por ser el vínculo entre jueces y el gobierno de Mauricio Macri, en una actuación sin marco legal que lo coloca en la categoría de “operador”.
“Padezco una creciente persecución por mis opiniones, actuación y afiliación política que me hace temer por mi libertad y seguridad", aseguró el exoperador en el documento presentado ante la CORE.