En una actitud irresponsable, el interbloque de Juntos por el Cambio, inició una absurda campaña para acudir al Congreso nacional a sesionar de manera presencial, en medio del pico de casos de coronavirus.
Bajo el pretexto de que el protocolo para sesionar virtualmente caducó el 7 de agosto, el bloque opositor, busca generar otro foco de riesgo infeccioso en el parlamento. "El protocolo está vencido, por lo tanto no existe otro tipo de sesión más que la presencial -sostuvo la diputada Graciela Ocaña -. Hacemos responsable al Presidente del cuerpo para que lleve adelante todos los procedimientos necesarios para garantizar las condiciones sanitarias de los legisladores y del personal".
Ante esta insensatez, los gremios del personal parlamentario, se plantaron y sentaron un fuerte rechazo a la presencia de los más de 110 diputados pertenecientes al macrismo. Advirtieron que si se hacían de cuerpo presente en el recinto no irían a trabajar, lo que impediría sesionar.
"Nosotros queremos proteger a los empleados legislativos. Que se respete el protocolo, que establece que al recinto solo pueden ingresar cuarenta diputados para mantener la distancia social, y el resto conectado de manera remota.", advirtió Norberto Di Prospero, titular del gremio APL.
A esta consigna se plegaron los demás gremios de trabajadores del Congreso. Que ingresen 116 diputados (que son los que integran el bloque de Juntos por el Cambio) es una locura, una irresponsabilidad. En pleno pico de la pandemia, con 10.000 infectados por día, con focos en varias provincias. Puede ocurrir que algunos legisladores vengan con el virus al recinto, por eso exigimos que se respete el protocolo", agregó el gremialista.
La insensatez llegó a tal punto, que algunos diputados de JxC, plantean que se trataría de un Golpe de Estado por parte del titular de la Cámara, Sergio Massa, si no pueden sesionar como ellos quieren.