Página 12 publicó ayer que una de las secretarias del diputado Gerardo Milman, Ivana Bohdziewicz, pidió a la fiscalía que se le conceda la oportunidad de ampliar su declaración en el marco de la causa. Después de que en la oficina del fiscal Carlos Rívolo se excusaran alegando que estaría de vacaciones, la testigo se presentó igual y le tomó declaración en Comodoro Py la fiscal subrogante de Rívolo, Alejandra Mangano.
Lo que Bohdziewicz contó el viernes pasado es que en noviembre último, antes que la jueza María Eugenia Capuchetti ordenara investigar el teléfono suyo y el de su amiga y también asesora de Milman, Carolina Gómez Mónaco, fue citada a una oficina situada en Avenida de Mayo, donde funcionaba la escuela de Seguridad que manejaba el diputado radical cuando Bullrich era ministra del gabinete de Mauricio Macri. Casualmente, ese lugar sería ahora uno de los búnker de la precandidata presidencial del Pro. En esa reunión, según Bohdziewiz, un perito informático borró el contenido de su celular y el de Gómez Mónaco. Además, las habrían instruido para la declaración ante Capuchetti.
La razón por la que las mujeres son importantes en esta investigación es porque un testigo escuchó a Milman decirles a ambas en el bar Casablanca, antes del atentado, que cuando la mataran a la Vicepresidenta él ya se encontraría en la Costa Atlántica.
Para colmo, Bohdziewiz recibió un sospechoso mensaje de Gómez Mónaco una vez que tramitó el pedido de ampliación de su declaración en sede judicial. "No me traiciones", le habría dicho su amiga, dando cuenta de que se había enterado de la intención de Bohdziewicz de presentarse. La querella manifiesta la inquietud respecto de que desde le fiscalía tal vez le hayan avisado a Milman sobre el movimiento de una de sus asesoras.
Los abogados de Cristina Kirchner, Marcos Aldazábal y José Manuel Ubeira, reclamaron todo este tiempo que la investigación no se ciñera solamente a lo actuado por Fernando Sabag Montiel, su pareja y los militantes del grupo neonazi Revolución Federal, como quien corta el hilo por lo más delgado, y se profundizara en la pista Milman. La negativa de la jueza Capuchetti fue advertida desde el principio por la parte demandante como un engranaje más del encubrimiento.
El testimonio de Bohdziewicz, intimidada por su amiga bajo preguntas inquisitorias como "¿Y ahora qué querés declarar?" y el reenvío de mensajes de audio de un abogado del cual se conoce bajo el nombre de pila de Diego, comprometen a Milman y también a Bullrich, quien además de haber oficiado como madrina del legislador habría prestado los servicios de Julián Curi, un letrado de su confianza, para instruirlas en la estratégica comparecencia judicial.
Hasta ayer, la testigo ni siquiera gozaba de mayores protecciones del Poder Judicial, a pesar de que sobre ella se cierra un cerco de presiones. Los últimos tuits de Bullrich fueron para celebrar el triunfo de Carlos Sadir en Jujuy, lugarteniente del carcelero de Milagro Sala, el radical Gerardo Morales.
*Cynthia García y Pablo Di Pierri