Hoy Carlos Salvador Bilardo, uno de los personajes icónicos y trascendentales en la historia de la Selección Argentina, o incluso también del fútbol argentino, está cumpliendo 84 años de edad.
Un verdadero apasionado y fanático por lo suyo, con una personalidad muy particular que logró transmitir sus ideas y formas para armar el gran equipo que luego fue campeón del mundo en México 1986.
Por eso, en conmemoración al Doctor, repasamos cinco anécdotas imperdibles contadas por los mimos protagonistas y que también son relatas en la nueva serie de HBO Max, "Bilardo, el doctor del fútbol".
La obsesión por el rival:
“Te explicaba tantas cosas de golpe, desde lo táctico, lo que él quería, nos tenía 2 ó 3 horas en la cancha, y por ahí si te agarraba con manos en la cintura te decía que las bajes porque 'era un signo que veía el rival que vos estabas cansado'. Si agachabas la cabeza, era 'demostrar al rival que vos no estabas bien', entonces cuando volvíamos al club después de estar 2 ó 3 días juntos decíamos es una locura que este hombre piense de esa manera. Algunos muchachos no aguantaron”, contó Jorge Burruchaga.
Entrenamiento de noche:
La historia es de Gonzalo Klusener, futbolista surgido de la cantera de Estudiantes, y la contó en La Voz del Interior. “Un jueves, después de un doble turno en el que terminamos fusilados, me dijo: ‘Ruso, hoy a las 22.30, ya cenados, tienen que estar acá con Eloy (Colombano) y (Dante) Senger' "
Y continuó: "Nos preguntábamos con qué nos saldría éste (por Bilardo). Llegamos a la puerta de la concentración y al ratito cayeron en un par de autos Bilardo, Brown, Lemme y el preparador físico. 'Vengan, entren. Vamos a ver por la tele el partido entre River y Racing’, nos dijo"
"En el primer tiempo nos fue marcando los movimientos de los delanteros y, cuando llegó el entretiempo, nos indicó que nos fuéramos a cambiar al vestuario. No entendíamos nada. ‘¿Botines?’, le preguntamos al utilero. ‘Sí, el Doctor pidió que se los dejara’, nos dijo. Entonces nos cambiamos y volvimos a la oficina. ‘Siéntense. Vemos el segundo tiempo y después vamos a entrenar’, dijo Bilardo. Nos miramos con los chicos y pensábamos que estaba loco"
Y concluyó: "¡Eran las 12 de la noche! A la medianoche no había una cancha iluminada para entrenar. Nos llevó a una punta del country, en el que apenas se veía, entramos en calor y después los paró a Lemme, a Brown y al profe en una línea de tres, para enseñarnos cómo teníamos que movernos y sortear una defensa con esa disposición. Estuvimos como una hora y pico ahí. Bilardo es así. Un personaje”, concluyó.
Actitud, por sobre todo:
Sergio Goycochea recordó: "Una vez hizo una charla, y nos puso un ratito el partido de Camerún. Eran los 90′s, televisor y videocasetera, nada de mucho control remoto ni tecnología. Después de que pasó un rato la grabación del partido, hizo una pregunta: ´¿Qué vieron?´ Bueno, algunos, obviamente primero Diego y luego otros jugadores empezaron a hablar, los dejó expresarse, les dio tiempo pero después cayó a todos y se largó con un monólogo, diciendo: ´No puede ser que jueguen así, no pueden jugar con miedo. Ustedes nunca jueguen así´
Todo planeado:
Contado por el mismo Bilardo: ″Todos los días de semana en los entrenamientos, de dos a tres de la tarde, hacía que el Bocha Ponce le tirara centros a Hugo Gottardi para que cabeceara; todos los días. Una tarde fuimos a jugar a Córdoba; en medio del partido, Ponce tira un centro y Gottardi de cabeza convierte. A la mañana siguiente leo en un diario: Con un oportuno cabezazo ganó Estudiantes. ¿Oportuno? ¡Hacía cuatro meses que los tenía todos los días de dos a tres de la tarde tirando centros Ponce y cabeceando Gottardi!”
No tiene bebida alcohólica señorita, es GATOREI
"Vamos a ver el espectáculo tranquilo, a disfrutar", y apoya la botella de champagne sobre una mesita cerca del banco de suplentes. ¿Lo qué sigue después?, una de las secuencias más divertidas del Doctor en una cancha de fútbol.