El consumo de carne en Argentina en 2024 alcanzó su nivel más bajo en 104 años, convirtiéndose en el segundo más bajo de la historia.
Te puede interesar
Según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), cada argentino consumió, en promedio, 47,7 kilos de carne vacuna al año, lo que representa una caída del 9% respecto a 2023.
Este número solo se compara con el registrado en 1920, cuando el país vivía una realidad económica completamente diferente.
2024: El año con la ingesta de carne más baja en 104 años
La principal causa de esta baja es la fuerte pérdida de poder adquisitivo que sufren los hogares argentinos debido a la situación económica actual y las políticas del gobierno de Milei.
Como resultado, el consumo interno de carne se redujo en 193,78 mil toneladas, una cifra alarmante que refleja el impacto de la crisis. De esta forma, 2024 marca la peor cifra en más de un siglo en términos de consumo de carne por habitante.
En cambio, las exportaciones de carne subieron un 9,8% respecto al año pasado, alcanzando 936,1 mil toneladas. Así, mientras los argentinos luchan para conseguir carne, la industria sigue enviando grandes cantidades al exterior.
A pesar de la baja en el consumo local, la producción de carne vacuna fue de 3,177 millones de toneladas, aunque la faena disminuyó un 3,4%, lo que afectó la cantidad de carne disponible para el mercado interno.
La situación se deja ver también en los aumentos de precios. En diciembre, la carne fue el rubro de alimentos que más subió, con un aumento mensual del 8,8%.
Este incremento se debió principalmente a los cortes con más demanda, como el asado, que subió un 18,4%, seguido de la nalga y el cuadril, que también tuvieron aumentos importantes.
Se desplomó el consumo en autoservicios y supermercados en 2024: marcó una de las peores cifras en 20 años
De acuerdo a un informe de la consultora Scentia, el consumo en supermercados y autoservicios cayó un 13,9% en todo el 2024, registrando uno de los peores años en casi dos décadas. Particularmente en diciembre la caída fue del 18%, un golpe durísimo para los supermercados, que por otra parte refleja la caída en los ingresos relativos de las familias.
Si bien la cifra registrada en el último mes del año significó una desaceleración de la caída, respecto a lo sucedido en el mes de octubre, el resultado anual fue preocupante en todos los sentidos. “Claro que es un número muy fuerte y el acumulado anual se posiciona como uno de los peores años en los últimos 20, aproximadamente. En este sentido, la variación versus 2023 fue -13,9%”, confirmó la consultora en su informe.
Esta contracción fue casi igual en cuanto al tipo de negocios, tanto en autoservicios y supermercados, la caída fue muy similar. Sin embargo en el AMBA, el impacto en autoservicios fue más notorio.
Todas las categorías cerraron 2024 con resultados negativos, con descensos notorios y un comportamiento similar entre canales y áreas. El precio promedio ponderado, en tanto, desaceleró su ritmo de aumento, ubicándose en 111,6%, en línea con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) oficial.
Categorías
Como era de esperarse la caída fue en todos los rubros de productos de consumo masivo, en el acumulado anual de 2024 frente a 2023, las principales caídas en el consumo se registraron en Alimentación (-9,5%), Bebidas sin alcohol (-18,3%), Higiene y cosmética (-17%) y Artículos de Limpieza (-13,9%).
En diciembre, las caídas interanuales fueron aún más marcadas: Alimentación (-13,3%), Bebidas sin alcohol (-24,4%), Desayuno (-16,1%), Higiene (-21%) y Artículos de Limpieza (-20,7%).
Los alimentos fueron los que menos cayeron, pero en el caso de alimentación en general, todavía mantiene bajas de dos dígitos: el consumo se redujo 13% en diciembre (y superó el 9% de promedio de caída anual) mientras que, para los perecederos, la caída fue del 7%.
Ahorros
Por otro lado, otra de los datos que se revelaron en los últimos días, fue que dos de cada cinco personas (41,4%) se vieron obligadas a recurrir a sus ahorros, un aumento de 5,2 puntos porcentuales respecto de finales de 2023. Este impacto fue aún mayor en quienes viven por debajo de la línea de pobreza, donde la cifra escaló a 6,1 puntos. Por otro lado, el endeudamiento creció de manera generalizada, afectando con mayor severidad a los hogares más pobres. Entre las personas en pobreza extrema, el uso de tarjetas de crédito aumentó 8,5 puntos, mientras que en la pobreza moderada el incremento fue de 3,1 puntos.
En un contexto de incertidumbre económica, los datos del consumo reflejan el peso de una crisis que se hace sentir en la mesa de cada hogar.