Este miércoles, el Gobierno Nacional cruzó un límite y la sociedad salió a la calle para hacérselo saber. Caída la noche, vecinos de diferentes barrios de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense se sumaron a un ruidoso cacerolazo en contra de la represión policial impulsada y respaldada por la administración que preside Javier Milei, con la representación de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad.
La gente caceroleó desde los balcones y en algunos barrios salió a cortar la calle o a marchar hacia la Casa Rosada -cantaban el recordado "Que se vayan todos"-, donde la custodia fue reforzada. La quinta de Olivos también fue lugar de protestas. Hasta allí llegaron cacerolas y cánticos contra el gobierno de Javier Milei.
Te puede interesar
La manifestación se sintió con fuerza en barrios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) como Colegiales, Villa Crespo, Ramos Mejía, Caballito, Avellaneda, Palermo y Lugano, así como en ciudades del interior.
Los participantes expresaron su rechazo al accionar de la Policía Federal, Gendarmería Nacional y la Policía de la Ciudad, que intervinieron con gases lacrimógenos, camiones hidrantes y balas de goma para dispersar la protesta. Horas después del comienzo del cacerolazo, cientos de personas se acercaron al Congreso para continuar con la protesta.
El avance de las fuerzas policiales dejó al menos 15 heridos, uno de ellos el fotógrafo Pablo Grillo, quien se encuentra internado en estado de gravedad. Además, hay 150 detenidos, confirmó Bullrich.
Te puede interesar
"Que se vayan todos": el grito de la gente que marchó a Plaza de Mayo
Tras los cacerolazos, una movilización tomó las calles porteñas en protesta a lo ocurrido durante este miércoles, cuando las fuerzas de seguridad reprimieron a manifestantes.
Desde distintos puntos de la Capital Federal partieron grupos de personas con rumbo hacia la Plaza. La caravana circuló por la avenida Corrientes acompañada del sonido de cacerolas y cánticos entre los que figura el “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” que surgió durante la crisis de 2001. También hubo un grupo que se dirigió a la comisaría 4ª para apoyar a los detenidos durante la manifestación.
La represión de la protesta comenzó incluso antes de la hora a la que había sido convocada (las 17), cuando empezaron a llegar a la Plaza del Congreso los primeros integrantes de hinchadas. Y se intensificó con el correr de las horas. Mientras las fuerzas de seguridad reprimían, surgían los primeros cacerolazos.
Cacerolazos en la Ciudad tras la represión