Se conocieron los datos de ingresos públicos para el mes pasado y ratifican el buen momento que pasa la actividad económica. Cada vez que la producción crece, las arcas del Estado se fortalecen, y la economía recupera los equilibrios fiscales. Claro que estos resultados se dan a lo largo del tiempo, y en el interín los números apremian toda vez que se acerca el cierre de año. En el mes de diciembre Argentina rendirá su primer examen frente al Fondo Monetario y en ese entonces deberá mostrar un perfil macroeconómico ordenado.
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La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) viene mostrando buenos resultados en términos de recaudación desde la salida de la pandemia. Con datos a julio, el fisco acumula 23 meses consecutivos de aumento de ingresos genuinos del fisco, que se posicionan solo a 2% del máximo del año 2015 (con menor actividad).
En el detalle para los primeros siete meses del año la recaudación crece tirada por ganancias (+18,9%) y los aportes de la seguridad social (+8,4%). Entre los principales tributos solo caen contra la inflación los derechos de exportación, dada la rebaja impositiva en diferentes bienes regionales y el menor ritmo de comercialización de los principales cultivos producto del desincentivo que causa la brecha.
Los números oficiales marcan una paradoja: si bien en lo que va del año el promedio de recaudación crece un 7,3% por encima de la inflación, el agujero fiscal no se cierra. No debería resulta osado encuadrar la dinámica del gasto en línea con la suba de precios, para cerrar el año preservando el ancla mínima que constituye el programa con el FMI. De hecho sería difícil contar esa historia en tanto ‘ajuste’: se alinearían las aplicaciones del sector público con la inflación, y el trabajo sucio lo haría una suba sensible de ingresos del Estado.
Lo anterior tiene aún más razón de ser por la restricción monetaria del EFF firmado este año. Ocurre que el programa exige reducir las transferencias del Banco Central al Tesoro, desde los 3,7 puntos del PBI en el año a pasado a solo un punto en 2022. La restricción hoy es bien operativa, toda vez que al mes en curso ya se giraron 0,9 puntos y se acaricia el límite. Massa se comprometió a "frenar la maquinita" cancelando los adelantos transitorios. Esto exigirá agudizar el ingenio a la hora de buscar fuentes de recursos para cerrar la brecha fiscal.
La recaudación impositiva va a ser uno de los factores más importantes a seguir de cara a los próximo meses. De su solidez depende poder reducir la dependencia del financiamiento monetario, y también acotar la toma de deuda en pesos. Parece evidente que nuestro país no puede mantener un déficit crónico hasta el infinito, porque atenta contra la sostenibilidad en una economía sin moneda. Por lo tanto, el ordenamiento gradual de las cuentas públicas es fundamental para romper con las crisis recurrentes que nos aquejan. Será central la actitud que tome el nuevo Ministro Massa al respecto, ya que parece comprender plenamente los problemas de la macroeconomía argentina y tener la voluntad de tomar el toro por las astas.