Luego del escandaloso beso sin consentimiento a la futbolista Jennifer Hermoso, Luis Rubiales fue suspendido temporalmente por la FIFA de toda actividad relacionada con el fútbol. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol se justificó dando su versión de los hechos, pero fue desmentido rápidamente por la jugadora y también atacado por las compañeras y el mundo del fútbol español.
Ahora, la madre de Rubiales ha tomado una drástica decisión por las críticas y la suspensión a su hijo, algo que considera como una "cacería inhumana y sangrienta". Ángeles Béjar es el nombre de la madre del presidente, quien se declaró en huelga de hambre habiéndose encerrado esta mañana en la iglesia de la Divina Pastora de Motril.
La madre de Luis Rubiales en huelga de hambre, cuál fue su pedido a Jenni Hermoso
La mujer se encerró en la iglesia del barrio de Capuchinos de Motril, en la ciudad de Granada, y según le expresó a la agencia EFE esta medida durará hasta que se haga justicia con Rubiales "de manera indefinida, día y noche". Al mismo tiempo, aseguró que lo que le están haciendo a su hijo es una "cacería inhumana y sangrienta, algo que no se merece".
Al mismo tiempo, Béjar realizó un pedido particular para Jenni Hermoso, la futbolista que fue besada sin consentimiento y negó los dichos de Rubiales: "Que Jenni Hermoso diga la verdad y mantenga la versión que tuvo al principio de los hechos", pidió la mujer, además de considerar que no hubo abuso sexual.
El discurso de Rubiales para defenderse por el beso a Jenni Hermoso
"Quiero pedir perdón por un hecho que ocurrió en el palco. Voy a explicarlo mirando a Jorge Vilda. Hemos pasado mucho, te han querido hacer a ti lo mismo que ahora me están haciendo a mí. Están tratando de crear un discurso falso y convertirlo en verdad. Me emocioné mucho cuando tras ganar el Mundial te giraste y me lo dedicaste. Ahí hice el gesto de ‘ole tus huevos’. Nunca me he comportado así. No me justifico.
El beso, que fue más un pico, fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido. El deseo que podía tener en ese beso era exactamente el mismo al que podría tener dándole un beso a una hija.
Ella -por Jenni Hermoso- me levantó del suelo, que casi nos caemos, y al dejarme en el suelo, nos abrazamos, me acercó a su cuerpo, le dije que se olvidara del penalti fallado y me respondió: ‘Eres un crack’. ‘¿Un piquito?’, le pregunté. ‘Vale’, me contestó'. Se despidió con un último manotazo en el costado y riéndose. Y de la anécdota, del ‘no pasa nada’, se pasa al silencio de la jugadora y después a un comunicado que no termino de entender.
Aquí se está ejecutando un asesinato social, se me está tratando de matar. A mí. Desde hace cinco años van a por mí con todo por tierra, mar y aire. Decenas de querellas, denuncias en todos los juzgados. Quiero decir, mirando a mis hijas, que hoy tienen que aprender una lección de igualdad: hay que diferenciar entre la verdad y la mentira.
La señora Yolanda Díaz, la señora Montera, la señora Belarra, el señor Echenique, se han referido a esto con palabras como vejar, sin consentimiento, agredir… ¿Qué pensará una mujer que ha sido agredida sexualmente? A estas personas que me están intentando asesinar públicamente les digo que me voy a defender en los juzgados. Y al abrigo de estas personas, los títeres del de siempre. El fútbol español sabe perfectamente quién es quién
El amarillismo del falso feminismo, más Tebas y los de siempre han apretado mucho. La prensa, gran parte, que me va a seguir matando y no me importa porque yo sé lo que es la verdad. No es cuestión de soberbia ni de prepotencia, es humildad. Estoy dispuesto a ser vilipendiado por defender la verdad. Lo mejor del fútbol sois vosotros que me habéis permitido ser presidente del fútbol estos cinco años. En nuestro país hace falta que se siga mejorando en salarios, sanidad, en vivienda, pero tenemos que mejorar mucho en libertades. Hay una situación de falta de libertad total. Hay miembros que han recibido presiones de medios y de partidos políticos
Me han dicho que lo mejor es que dimitiera. Tiene que haber algún motivo para que te saquen de un lugar. ¿Un pico consentido es para sacarme de aquí? Quién me conoce sabe que vamos a llegar hasta el final. Y entonces lo confirmó: seguía en el cargo. “Ha llegado el momento de decir algo. ¿Qué he hecho para sufrir esta cacería? ¿Es tan grave como para que yo me tenga que ir? ¿Y tenga que dimitir? Pues lo digo, no voy a dimitir. ¡No voy a dimitir! ¡No voy a dimitir! ¡No voy a dimitir! ¡No voy a dimitir!".
